Es una de las principales promesas de la industria audiovisual española que, desde bien pequeña, tenía clara su vocación: la de artista. Asia Ortega, bailarina y actriz, llegó en 2017 a nuestras pantallas, pero no fue hasta 2020, con la película ‘Hasta el cielo’ y un año después, cuando protagonizó la serie ‘El internado: Las Cumbres’, que realmente saltó al foco mediático. Una fama que no le ha hecho perder el foco porque se define “muy sensible y exigente. Confío en mi gente y en mí misma, en que tengo herramientas para volver a mi centro”.
La actriz tiene pendiente el estreno de su última serie, ‘Urban. La vida es nuestra’, producida por Mediaset España en colaboración con Alea Media y distribuida por Mediterráneo Mediaset Group, que estrenará en exclusiva Prime Video protagonizada junto a María Pedraza y Bernardo Flores, con quienes ha formado una bonita amistad en sus semanas de rodaje en Málaga. En ella da vida a Yanet, un personaje “lleno de poderío, pero con su parte frágil y algo solitaria hasta que conoce al personaje de María Pedraza”.
Aquí la intérprete se ha atrevido con una de sus pasiones ocultas, cantar. “No es mi terreno, pero lo hago con mucho cariño y amor”, cuenta con ilusión. “He hecho todo desde la humildad y estoy muy orgullosa porque me lo he currado. Hay canciones muy pegadizas”, advierte con una sonrisa.
Y la pregunta había que hacerla: ¿se atreverá Asia Ortega a adentrarse en el mundo de la música? “Escribo cosas muy personales”, nos confiesa, “que se hagan canciones o no, es cosa de la vida, pero tengo muchas ganas. Hace un tiempo me iba a ir a grabar a Córdoba, pero por fechas no pude”.
En su corta carrera profesional, Ortega se ha enfrentado principalmente a proyectos de plataformas digitales en los que su éxito puede darle una exposición mundial que asegura que le “da vértigo y me abruma”. Por eso le gusta ser cauta, porque en su opinión “la lima que afila el cuchillo del éxito es el fracaso. Te das cuenta de que el éxito es trabajo, puro y duro, y que el fracaso está a la orden del día. Aceptar el fracaso en nuestras vidas es lo que nos puede abrir las puertas del éxito”.
También es reticente a las redes sociales y dice abiertamente que “no me gustan, me siento expuesta, venden algo en lo que no me identifico y me generan ansiedad”. Eso sí, Asia Ortega no oculta que, bien utilizadas, son una gran plataforma en la que “se puede mostrar la cara más humana. Si algún día tengo voz y voto para hacer un discurso coherente conmigo misma, aunque esté vestida de Chanel, va a seguir siendo coherente”.
Un discurso sobre el que afirma que “no pienso callarme la boca. No me da miedo dar mi opinión porque es la que es. Intento ser diplomática y respetuosa, pero yo tengo mi discurso a conciencia de que todos tenemos nuestra opinión y todas son válidas, incluso la contraria a la mía. Sin contrastes el mundo sería plano y muy aburrido”.
Ante las críticas a las que las actrices se enfrentan ya de forma cotidiana por su físico o apariencia, especialmente tras una alfombra roja o evento, asegura que no les tiene miedo. “Cometarios siempre habrá, pero si mi madre me mira orgullosa y mi abuela está feliz no necesito nada más”, afirma.