El portero del PSG, Sergio Rico (29 años), recibió el alta médica hace casi una semana, después de estar más de dos meses hospitalizado por un accidente con un caballo que sufrió en Huelva el pasado mayo. Durante ese tiempo, estuvo ingresado en la UCI y tuvo que someterse a varias operaciones para tratar un aneurisma.

“He salido, gracias a Dios”, dijo el 18 de agosto a las puertas del Hospital Virgen del Rocío en Sevilla. Y añadió: “El cerebro dicen que es inteligente y borra este tipo de sucesos. Ha sido un sueño. Me desperté en el hospital y gracias a Dios he salido”. El guardameta se mostró visiblemente más delgado, pero con ganas de recuperarse.

Ahora, su mujer comparte su alegría con unas imágenes muy románticas que demuestran que el amor lo puede todo. La pareja se baña en la piscina de su casa, dándose besos apasionados y celebrando el final de la pesadilla.

El mensaje que Alba escribe es muy significativo. Usa un juego de palabras para transmitir los elementos que los ayudaron a superar la situación más difícil de sus vidas. “El amor todo lo-cura”, dice la joven. Y es ese amor el que siente por su marido, a quien no abandonó ni un solo día durante los 84 días que estuvo ingresado.

Su papel ha sido clave en el proceso de recuperación, y Sergio quiso agradecérselo públicamente al volver a casa. “Me siento muy emocionado, muy feliz y dando gracias. Doy gracias a mi mujer, a mi familia, a todos los que han estado aquí y a los que han gastado un minuto de su tiempo para enviarme un mensaje. Mi mujer ha pasado 20 horas diarias conmigo”, dijo conmovido.

Aunque Sergio Rico todavía tiene que recuperar peso y forma para poder volver a cumplir su sueño de jugar, está dispuesto a darlo todo para conseguirlo. “Espero estar de vuelta en poco tiempo, recuperarme y volver al fútbol”, afirmó. Tanto su club francés como sus compañeros del Sevilla, donde se formó y jugó hace unos años, le hicieron un bonito homenaje el pasado 12 de agosto, poco antes de su alta.

En ese momento, Alba compartió estas palabras: “Gracias al Sevilla y a todo el sevillismo por la camiseta, el homenaje y tantísimos gestos de cariño que llegan al corazón. Dicen que un sevillista nunca se rinde”. Y ciertamente, su marido no se rindió, ya que unos días después salía del centro médico. Ahora, mientras espera que el aneurisma esté totalmente controlado, el futbolista disfruta de la paz y la tranquilidad en su casa, junto a la mujer de su vida.