La cantante Lizzo responde a la polémica demanda de sus bailarinas por acoso sexual

Lizzo ha respondido a las “historias sensacionalistas” de sus tres bailarinas que la acusaron de acoso sexual y de gordofobia en una demanda. "Por lo general, elijo no responder a acusaciones falsas, pero estas son tan increíbles como suenan y demasiado escandalosas para no ser abordadas", asegura en sus redes.

En la demanda se acusa a la cantante de acoso racial, asalto y discriminación hacia sus bailarinas. Hechos que Lizzo ha negado de manera rotunda. La artista, conocida por ‘Good as Hell’, tiene su propia marca de éxito mundial basado en la positividad corporal y el amor propio. "Estos últimos días han sido desgarradoramente difíciles y abrumadoramente decepcionantes. Mi ética de trabajo, moral y respeto han sido cuestionados. Mi personaje ha sido criticado", informa el medio Independent.

La cantante dice que fueron echados por conducta inapropiada

"No hay nada que me tome más en serio que el respeto que merecemos como mujeres en el mundo, sé lo que se siente ser avergonzada por el cuerpo a diario y nunca criticaría o despediría a un empleado debido a su peso", recalca. La cantante especifica que estas acusaciones provienen de trabajadoras que fueron echadas por una conducta inapropiada. “Estas historias sensacionalistas provienen de ex empleados que ya han admitido públicamente que se les dijo que su comportamiento en la gira fue inapropiado y poco profesional”, añade.

Pero según la demanda, Lizzo- cuyo nombre real es Melissa Viviane Jefferson- supuestamente presionó a una de sus bailarinas, Arianna David, para que tocase a un artista desnudo en un club de striptease de Ámsterdam, a pesar de ir en contra de sus creencias religiosas. "No lo pedí. Dije que no varias veces", dijo Davis a NBC News en una entrevista. También se le acusa de organizar una humillante audición de 12 horas para sus bailarines después de acusarlos “falsamente” de beber antes de las actuaciones y fomentar un ambiente de trabajo hostil. Shirlene Quigley, su capitana de baile, y la compañía de producción de Lizzo Big Grrrl Bid Touring fueron acusados por asalto, acoso racial y religioso, gordofobia, discriminación por discapacidad y encarcelamiento falso.