En un piso en Ópera, en pleno centro de Madrid, y a pocos días de que comenzaran los eventos por la celebración del Orgullo LGTBIQ+ conocí a Iosu y Julen, dos gemelos vascos que en cuestión de cuatro horas se convirtieron en las Two In Red, dos de las drags más divertidas, glamurosas y exitosas de la capital.
Rodeados de pelucas, purpurina, plumas, tacones y todo tipo de complementos, en el salón de la casa de Julen charlamos durante más de cuatro horas sobre sus inicios en el mundo del drag, las repercusiones que ha tenido su profesión en su vida privada, el bullying que han sufrido desde que eran muy pequeños, la discriminación a la que tienen que hacer frente a diario...
Iosu y Julen empezaron a trabajar como drags casi por casualidad, "fue un poco de rebote", me responden cuando les pregunto por sus inicios, y, a día de hoy, ellos han conseguido que la gran parte de sus ingresos vengan del drag. No obstante, son conscientes de que es un trabajo muy precario, las condiciones en muchos casos son pésimas y que la gran mayoría de espectáculos se concentran en grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
Esa misma tarde, ellos tenían su show 'Mad Show Cabaret' en el nuevo Food Hall de Galería Canalejas (Mad Gourmets) y mientras se maquillaban, peinaban y vestían para este pude conversar con ellos y tomar nota de algunos truquillos y técnicas de maquillaje.
¿Cómo llegó el drag a vuestra vida y cómo decidisteis empezar en esto?
Iosu: ¡Uff! A ver, LA pregunta, fue un poco de rebote. Nosotros empezamos hace dos años y medio a trabajar juntos y lo que estábamos haciendo era un montón de trabajos audiovisuales para redes sociales y casi todo estaba enfocado en el colectivo LGTB o sea, hacíamos cortometrajes por nuestra cuenta.
Y un día dijimos: "¿Por qué no documentamos cómo sería salir totalmente dragueadas a la calle?", y tenemos una amiga, Marckessa, que es una maquilladora excelente, y una de mis drags favoritas, y le dijimos: "Oye, ¿tú nos maquillarías para irnos un día por ahí a grabarnos en la calle?".
Julen: Queríamos hacer un experimento y queríamos vivirlo en nuestras pieles.
Iosu: Y nada, salimos a la calle y, después de darnos unas cuantas vueltas por la calle y ver las reacciones de la gente, nos enteramos de que había una fiesta en la sala Boite, que se llamaba Domingas, y dijimos: "Oye, ya que estamos así montadas, ¿vamos un ratito y nos echamos unas risas?". Y así empezó todo, la verdad, nos dijeron si lo hacíamos habitualmente, les dijimos que no, que era la primera vez que nos poníamos así de manera profesional y nos dijeron que nos querían contratar.
¿Fue ese vuestro primer contacto con los tacones, las pelucas y la purpurina?
Julen: Nosotros siempre hemos sido bastante drags, si preguntáis a nuestros padres, os dirán que nuestro hobby de pequeños siempre era coger ropa, cortarla, con esta camiseta me hago un vestido, me pongo esta otra camiseta de peluca, le quito estos tacones a mi madre y el pasillo de mi casa es mi pasarela.
Siempre que venía algún primo a casa o algún amigo, le hacíamos la 'full drag experience cambio radical'. Sí es cierto que yo creo que nunca nos hemos planteado de manera consciente decir: "Venga, vamos a vivir de esto, vamos a intentarlo aunque sea". En nuestra familia no hay nadie que sea artista, entonces siempre, desde pequeños, se nos ha inculcado que vivir del arte era muy difícil.
¿Y se puede vivir del drag?
Julen: Es muy difícil. La gran mayoría de de gente que conocemos que hace drag lo tiene como algo añadido a otro trabajo. Por poder se puede, como todo en esta vida; de hecho, nosotros a día de hoy estamos viviendo de ello porque prácticamente todos nuestros ingresos son del drag, pero es cierto que también es mucho tiempo, mucha dedicación y muchísimas horas.
Además, en concreto, nosotros estamos viviendo del drag, pero porque también montamos nuestros propios espectáculos con más artistas tanto drags como de otras disciplinas; entonces, yo diría que sí, que evidentemente se puede, pero también me atrevo a decir que muy poca gente vive únicamente del drag.
Iosu: A mí cuando la gente me lo pregunta, normalmente digo que tiene que ser completamente vocacional, que te tiene que gustar muy mucho y no verás nunca a nadie haciendo esto "por necesidad". O sea, es una profesión que para que te dé dinero te tiene que ir extremadamente bien.
Quiero decir también que el colectivo LGTB es muy guay para muchas cosas, pero también es el primero que critica si repites modelito en tus shows. Joder, hay muchas veces que nos olvidamos de que en el drag casi todo sale de la propia artista: desde maquillarnos hasta peinar las pelucas y muchas veces hasta hacerte tu propio vestuario. Entonces, es un trabajo complicado para que luego, voy a decir cifras, normalmente las compañeras lo que cobren de media por un bolo sean 80 euros.
Dentro del mundo del espectáculo, a las drags, ¿se les toma en serio?
Julen: Al final, el drag es como una cosa en la que parecemos gente que no tenemos nada que hacer y vamos con una peluca por la calle y hay muchísimos años de formación en diferentes disciplinas, generalmente, detrás de la gente que hace drag para que luego se nos tome como payasos, y con todos mis respetos a la gente que es payasa porque detrás de ello también hay otra disciplina. Muchas veces parecemos un mono de feria y la realidad es que la gente no es consciente de todo el trabajo que hay detrás.
Yo, la gran mayoría de gente que conozco y con la que trabajo que hace drag es súper válida, tienen muchísimo talento para que luego vayas a un sitio, te paguen 80 euros y parezca encima que tienes que estar dando las gracias, cuando tú, a lo mejor, llevas muchísimos años formándote en una carrera musical, más luego las horas de preparación previa, el maquillaje, peinar las pelucas... Si un cantante va a un sitio a cantar y le ofrecen 80 euros probablemente diga que no actúa.
¿Cómo es la situación del drag fuera de Madrid y Barcelona?
Iosu: En general está bastante complicado, es verdad que hay cada vez más espacios; pero, aún así, hay pocos donde haya drags de forma habitual trabajando. Aquí, por ejemplo, tenemos Chueca que es por suerte un sitio donde la gente consume muchos espectáculos de drag, mucha drag local y se les apoya.
En Barcelona, sin embargo, no hay tantos espacios como como en Madrid y aún así aquí hay muy pocos. De hecho, cuando salen nuevas drags, y a nosotras nos ha pasado, se te echan un poco encima porque es como: "Ojo, que vienen a quitarnos el trabajo". Y para nada.
Julen: Es más, nosotros estamos enfocados en buscar nuevos espacios porque nunca nuestra intención ha sido quitarle el trabajo a nadie. Es una profesión que necesita más visibilidad, más respeto, pero tanto desde dentro como desde fuera, porque muchas veces nosotras también aceptamos las condiciones que nos ofrecen sabiendo que son una basura.
¿Suma o resta en el drag que seáis gemelos?
Iosu: Yo creo que nosotros hemos tenido mucha suerte porque tenemos un producto que no lo hay y por una característica que nos ha sido regalada. Esto es algo que nos diferencia del resto solamente con verlo.
Sí que es verdad que luego nosotros lo hemos trabajado a nuestro favor y muchas veces, esto me da un poco de rabia, nos dicen que a nosotros nos dan espacios por ser normativos o por tener más seguidores en redes sociales.
¿Qué opina vuestra familia de que os dediquéis al drag?
Iosu: En ningún momento nos hemos sentado y les hemos dicho a nuestros padres: "Oye, nos vamos a dedicar a esto de manera profesional y vamos a dedicarnos solamente a ello", porque se ha ido dando.
Nuestros padres son nuestros mayores fans, han venido a vernos a todos los espectáculos que hemos hecho, que la verdad es que es una suerte, y esto sí que me parece importante recalcarlo sobre todo por si hay algún padre que vaya a leer esto: Por favor, apoyad a vuestros hijos en lo que sea que quieran hacer en su vida, siempre y cuando no hagan daño a nadie y desde el respeto. Es muy importante tener ese apoyo en casa.
¿Hacer drag os ha afectado a la hora de conocer a gente nueva?
Julen: Pues en lo único en lo que ha podido afectar es que desde que estamos con todo esto vemos menos a nuestros amigos. Por todo lo demás... Yo sí pensaba en un principio que cuando nos pusiésemos a hacer drag habría mucho gay con el ego masculino al que le pudiera llegar a afectar porque nosotros cuando llegamos a Madrid hace diez años eso sí que estaba mucho más a la orden del día. De hecho, si ibas a alguna fiesta como Carnaval o Halloween vestida de drag sí que se notaba que había ahí mucho estigma.
A mí me sorprendía y pensaba: "¿Cómo puede ser que no haya muchos más maricones con tacones y peluca si este es el sitio?", había como mucha homofobia interiorizada. A día de hoy eso ha cambiado mucho y sí que es cierto que a la hora de ligar y tal no diría que a la gente le suponga un problema.
¿Ligáis más o menos en drag?
Julen: Yo creo que no afecta. De hecho creo que el perfil de gente con la que ligamos es el mismo, que la gente a la que le gustas, le gustas; además, que es así, le tienes que gustar por como tú eres.
A ver, que también es cierto, yo no lo he practicado mucho, pero conozco a gente que ha ido en drag a una discoteca hetero y sí, a lo mejor se ha acostado con gente con la que si no fuese así no se acostaría. En nuestro caso, en los sitios en los que estamos habituados a ir, vamos tanto en drag como fuera de drag y la gente te acepta tal y como tú eres.
Iosu: Yo sí que creo que luego hay gente que antes se podría fijar en mí o con la que antes te diría que tonteaba que, a día de hoy, al saber que hago drag, le echa para atrás un poco.
¿Hay mucho fetiche con el drag dentro del colectivo?
Iosu: Dentro del colectivo y fuera.
Julen: Más fuera que dentro yo creo.
Iosu: Esos heterocuriosos de los que hablábamos antes... A mí hay gente que me ha hablado, incluso que me ha buscado por redes al saber que yo hacía drag y dices tú: "Cari, ¿te tengo que explicar que esto es un personaje y que la persona es otra cosa?".
¿Habéis sufrido bullying?
Julen: Sí, la verdad es que sí. Desde pequeños siempre hemos sido bastante afeminados, amanerados y bueno, pues como la homofobia está a la orden del día, siempre nos han insultado con el típico "maricón".
Sí es cierto que, por suerte, Iosu y yo somos personas con bastante carácter, entonces nunca nos hemos dejado demasiado pisar nuestro terreno; pero sí, al final, muchas veces vas por la calle y escuchas comentarios que no tienes por qué escuchar.
Iosu: De hecho, yo con esto tengo como bastante debate, porque cuando nos preguntan por el bullying, a mí se me viene a la mente la imagen de esa persona que de verdad ha sido maltratada, humillada constantemente y tal. Tengo como como ese referente y muchas veces tiendo a pensar, que yo no lo he sufrido y es como: "No, cariño"; porque entonces llevas a normalizar que te llamen maricón. Esto es muy grave, porque la realidad es que yo estoy aceptando que, por tener es un poco de pluma me llamen maricón y cualquier comentario dicho desde el desprecio no se puede tolerar.
¿Os insultan más por la calle cuando vais montadas en drag?
Iosu: Yo no sé si es porque somos dos o qué, pero por suerte, y esto es una cosa que me hace ilusión decir, generalmente se acerca más gente a decirte lo guapa que vas. Y esto sí que lo recalco, sois mujeres la gran mayoría de las veces y cuando lo dice un hombre, muchas veces te lo dice como vacile para reírse de ti.
No obstante, una cosa que pasa muy a menudo es que los taxis no te paran y tenemos que pedirles a nuestros amigos que los paren y, cuando el taxi está parado y mi amigo abre la puerta, meternos nosotras y decir la dirección a la que vamos.
Nos ha pasado de coger un Cabify y, al vernos montados en drag que no nos hablen en todo el trayecto y no nos ayuden a subir ni a bajar las maletas del coche; en esos casos lo que hacemos nosotros muchas veces es dejarles las puertas abiertas: "¿No me vas a ayudar?", pues tranquilo que bajarte del coche te vas a bajar porque este es tu trabajo y como estoy notando tu homofobia, tu dragfobia, tu tontería, no me da la gana facilitártelo.
Y después de todo eso, luego, evidentemente, hay que ponerles una reseña.
¿Hay dragfobia dentro del colectivo?
Iosu: Yo lo que veo dentro colectivo es que cada vez hay más gente con ganas de marcha y a mí eso me da la vida. No obstante, nos ha pasado en sitios de trabajo donde no saben que hay un espectáculo previo, quedarnos luego a tomarnos una copa y que la gente que va entrando te mire con unas caras que dices: "Cariño, que llevo una peluca, no sé qué, qué te asombra tanto".
Julen: Dragfobia hay igual que hay plumofobia, igual que hay todo lo demás, haberla la hay. Sí, es cierto que cada vez yo creo que menos.
Iosu: Yo es que no sé si hay menos o que yo paso de ella. Pero lo que sí lo que sí que quiero resaltar es que veo que cada vez está la gente más concienciada, sobre todo gente dentro del colectivo, les encanta mucho una drag, es muy diferente hacer, por ejemplo, un espectáculo para nuestro colectivo que para la gente fuera y eso es de agradecer.
Julen: Estás jugando en casa, también te digo. Me parece positivo, pero también es como debería ser, ¿no? O sea, si no te sientes ya seguro en el sitio en el que se supone que tienes que estar seguro...
¿El drag es reivindicativo?
Julen: En el momento en el que te pones la peluca, los tacones y sales con esta cara a la calle estás siendo activista. No puedes separar el drag de la política.