Blas Cantó: “De mí se esperaba que no le cantase a un chico, que no me saliera de tono en las entrevistas y eso se acabó”
Blas Cantó rompe su silencio musical para publicar su disco más arriesgado
‘El Príncipe’ nace de la necesidad por contar historias diferentes y mensajes inclusivos y diversos que la sociedad necesita
Además, Blas Cantó comparte la clave para tener una relación tan duradera en el tiempo como la que tiene con su pareja
Blas Cantó reaparece ilusionado por las canciones que tiene guardadas bajo llave desde hace muchos meses y necesita que el público las disfrute. Ya han pasado muchos años de su último disco y ahora vuelve dándole una vuelta al pop para cantar historias diversas, de esas que no se componen a menudo.
Ha evolucionado y salta a la vista. No es el mismo que conocimos en ‘Veo, veo’, intentando representar a España en Eurovisión Junior, el de Auryn y ni siquiera el de ‘Voy a quedarme’. Ahora es ‘El Príncipe’, pero no el de azul sino uno mejor: el que canta sin miedo y con total naturalidad al género que ama, que no comparte ni hace caso a las directrices conservadoras y algo anticuadas de la industria y el yerno que no es perfecto.
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Se entiende a la perfección por qué el de Murcia sigue contando hoy en día, después de tantos años en el sector, con una legión de fans de todas las edades: su talento es más que evidente y lo puedes comprobar en los vídeos de esta noticia.
-¿Qué has estado haciendo todo este tiempo en silencio?
Cocinando a fuego lento. Hace cinco años del primer álbum y tenía ganas de experimentar y hacer algo bonito con el pop.
-¿Blas Cantó necesitaba parar y reflexionar qué hacer con su carrera profesional? ¿Y con la personal?
Tuve momentos de dejarme llevar y se me olvidó quién era. Nunca he impuesto mi criterio, pero sí he sido persuasivo y manipulador para que los demás apoyen mi argumento.
Ha sido un proceso largo en el que he dedicado mucho tiempo a elegir qué canciones quería cantar y cuáles se convertirían en singles. Hasta ahora me había dejado llevar mucho por lo que la gente quería de mí, lo que sonaba en playlists, en la radio, los artistas con los que no querían que cantase… Es un sinsentido cantar con gente de 20 años a la que no admiro.
La industria musical no es un número, es arte. Hay gente que funciona muy bien en plataformas, pero no llena sus conciertos
-¿Es fácil adaptarse a la velocidad con la que evoluciona la música?
Es difícil. Al menos para mí lo ha sido. Por suerte, tengo la oportunidad de grabar discos, hacer firmas y conciertos, pero la discográfica, por ejemplo, no creía que yo fuese el tipo de artista que deba lanzar una nueva canción cada dos meses. Al final conseguí convencerles y hacerlo más a menudo.
Desde hace dos años no soy el mismo Blas. De mí se esperaba que no le cantase a un chico, que solo vistiese de negro y que no se saliera de tono en las entrevistas.
-¿Qué tiene de especial ‘El Príncipe’ que no te haya generado otros discos?
Las canciones han nacido de salir, de vivir, de historias de otros amigos a los que he exprimido…
A la gente que me pregunta por qué he tardado en sacar un nuevo disco yo le respondo que las canciones nacen de las experiencias y de vivir.
El anhelo por mi pueblo, mis amigos, de llegar y no encontrarme con la misma gente está plasmado en el disco. También hablo del poliamor en una de las canciones, del odio con locura, de otras relaciones…
He pensado mucho en lo que pasa dentro de mí y he superado cosas, pero también hace falta gritarlas. Por eso saqué ‘El bueno siempre acaba mal’, por ejemplo. Entiendo que haya gente que se quede por el camino con estas nuevas canciones, pero no lo comparto porque es realmente bueno lo que hemos construido.
Ya no quiero cantar en femenino
-¿La diversidad premia?
Sí. Es un mito eso de los contratos que te prohíben hablar de tu orientación sexual, y si alguna vez no lo hice fue por decisión propia.
El mundo ha cambiado y nosotros tenemos que avanzar con él. Ya no podemos cantar en neutro y eso lo hago en ‘El Príncipe’. Le canto al género que amo y al que me acompaña desde hace tantos años.
-Hablando de amor, ¿cuál es el secreto para mantener una relación sana y tan duradera?
Cambiando. Lo que he aprendido con los años es que está muy mal el “yo soy así y así me tienes que querer”. Esa es la gran mentira que nos han vendido durante muchos años. Está bien tener un carácter y una mentalidad, pero esta se puede cambiar para llegar a un entendimiento con la persona con la que compartes tu día a día y, por tanto, evolucionar como persona. No soy la misma persona que hace diez años y Dani, mi pareja, tampoco.
-En la actualidad, cuando se habla de parejas tan duraderas en el tiempo se tiende a pensar que han abierto la relación, ¿es tu caso? ¿Lo harías?
¡Nooo! No hemos abierto la relación ni la abriría, de momento. Si sucede algo, sucede entre los dos o entre los tres. Creo que él tampoco lo tiene en cuenta, por ahora.