Si alguna te has encontrado con agujeros muy pequeños en tus muebles de madera, o has detectado rastros de ese polvo fino y extraño en la superficie, probablemente sepas de lo que hablamos.
La carcoma es una plaga causada por insectos xilófagos que se alimentan de la madera. En su etapa larvaria, estos bichos de la familia de los escarabajos se acomodan en el interior del mueble y van excavando túneles mientras se alimentan de la celulosa. Cuando salen, dejan tras de sí unos orificios como prueba de que han estado allí.
Cuando los signos visibles aparecen, significa que el problema lleva ya un tiempo larvándose en el interior de la pieza y el daño interno es considerable. Toca actuar lo más rápido posible para evitar que el mueble quede inservible.
Lo primero de todo es procurarnos un espacio seguro y poner en cuarentena el espacio de la casa. Hay que proteger el resto de muebles, aunque ya tengamos uno del todo infectado y toque dedicar algo de tiempo a curarlo. Expertos como GTSA, una empresa especializada en el tratamiento de las plagas, recomiendan siempre ‘airear aquellas estancias con madera frecuentemente (a la carcoma le encanta la húmeda), barnizar todo elemento de este material y evitar introducir muebles y antigüedades en dudoso estado en nuestro hogar”.
Una vez hemos tratado de limitar el efecto de los insectos, es hora de aplicar un tratamiento al mueble infestado para darle una nueva vida y recuperarlo. Tenemos tres vías para hacerlo.
La primera, tratar la pieza de madera con impacto térmico con la ayuda de profesionales, mediante un proceso en el que se eleva la temperatura interna del mueble en una cámara de calor, a más de 55 grados Celsius. Las larvas no pueden sobrevivir a esta temperatura.
La segunda opción es el tratamiento químico, con productos específicos para tratar la madera con carcoma (Corpol, 3V3, Xylazel, Xylamon), o bien remedios naturales, que han demostrado ser muy efectivos en ciertos casos.
La variedad de químicos es abundante y son relativamente fáciles de conseguir, ya sean líquidos, aerosoles o geles que aplicaremos directamente sobre la zona afectada para que penetre y envenene a las larvas. El proceso es similar al de un ‘restaurado’ tradicional.
Antes de aplicar el tratamiento, es fundamental limpiar la superficie del mueble para eliminar polvo, suciedad o cualquier capa que impida que el remedio penetre hasta los túneles excavados por los escarabajosdel producto.
Después, repartiremos el producto en los agujeros visibles, sin olvidarnos de extender una capa completa por toda la superficie del mueble dañado. En casos de carcoma grave, con muebles que ya no se tienen en pie, quizá sea necesario inyectar el líquido para que llegue hasta las larvas y las mate.
El último paso es el sellado, que no es otra cosa que envolver el mueble durante al menos 24 horas con plástico o papel film.
Si somos de los que abominamos de los productos industriales y preferimos una solución casera, tendríamos que optar por alguno de los remedios naturales que han demostrado ser más efectivos contra este tipo de plaga. Los más populares son dos.
Aceite de neem, utilizado durante siglos como insecticida. Se aplica de manera similar al tratamiento químico. Si la infestación es severa y el mueble está muy dañado, su capacidad de curación y sellado puede ser limitada.
Vinagre blanco. Lo aplicaremos sobre los agujeros visibles, aunque su poder de penetración es limitado en comparación con los insecticidas comerciales.