Una de las ventajas del confinamiento es el tiempo que nos da para poner nuestros hogares en orden y prestarles más atención (hay guarderías de planta para el verano). Limpieza de cosas inútiles, un nuevo orden, tal vez la compra (o hasta la fabricación) de aquello que nos faltaba para que cada espacio sea verdaderamente acogedor y a medida... La presencia de plantas juega un papel importante en la creación de ese espacio de paz: siempre hemos oído que son buenas para limpiar el aire (aunque hay dudas con esa teoría en el interior de los hogares), pero lo que sí están demostrado es que aportan aroma, vida y buenas vibraciones. Con todo, no es lo mismo mantener plantas en interior que en una terraza o balcón: existen pautas concretas para cuidar las plantas de balcón que te ayudarán a alargar su vida y a que crezcan sanas y felices.
Lo primero y más importante es tener en cuenta que no todas las plantas pueden adaptarse a cualquier ambiente. Una planta a la que han sacado de su hábitat normal difícilmente va a adaptarse bien a un ambiente lo suficientemente distinto. Si aun así quieres intentarlo, deberás buscar la manera de que el cambio se desarrolle de forma gradual. Al fin y al cabo, una planta es un ser vivo y, al igual que ocurre con las personas, necesita sus tiempos para adaptarse a nuevas situaciones.
Existen plantas perfectas para terrazas y balcones con las que no tendrás problemas de adaptación (aunque, por supuesto, deberás tener en cuenta el clima de zona). Geranio, hortensias, helechos, astilbe, bambú, azalea, boj, dalia, madreselva, gerbera, hibisco, áster... son plantas que suelen recomendarse para exterior (algunas, como el helecho, no deben recibir sol directo, pero sí mucha cantidad de luz). También la petunia, el ciclamen, pensamiento, begonia, agapanto, esparraguera, convalaria, clivia, cintas, escobillón rojo, gardenia, buganvilla, jazmín, hiedra... Cactus, palmeras de exterior y suculentas son también opciones perfectas para el exterior.
Eso sí, aunque la primavera es una buena época para cualquiera de ellas, ten en cuenta que debes buscar plantas capaces de superar las bajas temperaturas del invierno, o bien que puedas trasladar a interior durante los meses fríos para garantizar que sobrevivan.
Sobre sus cuidados específicos, tendrás que tener en cuenta las necesidades de riego y abono de cada tipo concreto (puedes preguntar al vendedor o buscar información en Internet). También valorar la temperatura y condiciones de sol a las que debe exponerse la planta, buscando el rincón perfecto para su desarrollo y atendiendo a posibles cambios (por ejemplo, hojas quemadas, pérdida de color...) El viento es otro gran enemigo de las plantas: tenlo en cuenta a la hora de orientarlas.
Además, con las plantas de exterior deberás tener especial cuidado con posibles plagas. Al estar expuestas a todo tipo de agentes presentes en el aire, es muy habitual que aparezcan plagas. Las infecciones más habituales en plantas de exterior son el pulgón, la cochinilla, el taladro del geranio, los gusanos, la mosca blanca... Por eso es bueno que utilices de forma preventiva productos específicos para controlarlas, ya que, una vez que la plaga invade la planta, se hace mucho más difícil eliminarla y tendrás que recurrir a productos más fuertes.
También existen remedios caseros (libres de químicos e insecticidas) para evitar plagas, aunque no siempre son efectivos. Por ejemplo, el ajo, la cebolla, ajenjo, caléndula... en forma de infusión rociada a las plantas habitualmente, pueden servir como prevención. La infusión de tabaco es especialmente útil contra orugas y gusanos.