En verano no vamos a ninguna parte sin nuestra maleta de viaje, un imprescindible en el que conviene invertir dinero para estar seguros de que aguantará el trasiego de los viajes y el desgaste del almacenaje en aviones, trenes, coches y cualquier otro medio de transporte que utilicemos para llegar a nuestro lugar de destino.
Las modernas suelen estar equipadas con cerraduras de combinación para garantizar que el contenido estará seguro, el conocido como sistema TSA, un mecanismo doble de cerradura y de discos o rodillos numerados que, al alinearse en la combinación correcta, permiten desbloquear el cierre. Este tipo de cierre es el estándar en países como Estados Unidos, donde los agentes de seguridad pueden realizar una revisión aleatoria de equipaje y abrir nuestra maleta utilizando una llave especial. Sin embargo, el TSA puede ser un problema para nosotros como usuarios cuando nos sobreviene una situación bastante común: hemos olvidado la clave, y ahora no tenemos manera de abrir la maleta sin romper la cerradura. A menos, claro, que utilicemos alguno de estos trucos.
Nos va a tomar tiempo y buenas dosis de paciencia, pero al menos lograremos respetar la integridad del cierre sin recurrir a forzados caseros que lo dañen. Básicamente, se trata de manipular los discos numerados y prestar atención al sonido que hacen. Buscamos un ‘clic específico, una ligera resistencia que se percibe cuando estamos cerca de dar con la combinación correcta.
El método ‘eterno’ y, no obstante, el más eficaz para no comprometer la integridad del cierre: probar, probar y probar combinaciones seguidas, sin saltarnos un solo número.
001, 002, 003… Así hasta llegar al 999. En ese proceso, daremos con la clave olvidada de la cerradura.
En algunos modelos de maleta con cerradura de ruedas numéricas el truco para abrirla es similar al anterior, solo que añadiendo o restando posiciones.
Este es uno de los trucos que utilizan los ladrones para abrir nuestras maletas sin necesidad de saber la combinación numérica de la cerradura, y es tan sencillo que da rabia descubrir cuán fácilmente estamos expuestos a robos o aperturas no autorizadas de nuestro equipaje.