Ante una colisión, uno de los sistemas de protección más seguros, junto con los cinturones de seguridad, son los airbags del vehículo, unas bolsas de aire cuya presencia es obligatoria en todos los coches desde el año 2006 y que se ha demostrado más que eficaz a la hora de salvar vidas en caso de accidente.
Existen diferentes tipos de airbag en función de dónde estén instalados, lateral, frontal, posterior, de cortina, de peatones o los del cinturón de seguridad, aunque la función es la misma en todos, frenar el impacto, intentando que los daños sean mínimos en el pasajero.
El funcionamiento de los airbags es muy sencillo, ante una colisión se infla una gran bolsa de aire que habitualmente permanece oculta. Esto se produce en milisegundos, por lo que la protección se produce casi a la vez que la propia colisión.
Esto es así gracias al sistema que se emplea, a través de sensores calibrados, de tal manera que, cuando se superan los niveles prefijados, un detonador se activa mediante una chispa para que se produzca la entrada de gas en las bolsas de nailon colocadas estratégicamente para amortiguar el impacto, protegiendo a los pasajeros de golpes contra el volante, el salpicadero o el parabrisas.
Un sistema eficaz, pero que solo funciona si los airbags del coche están activos, por lo que no es mala idea saber cómo se puede comprobar si lo están, algo relativamente sencillo, porque hay un símbolo en el cuadro de instrumentos del vehículo que se encarga de indicarnos el estado de los mismos.
Al encender el coche, se iluminará este símbolo, que suele representar a un muñeco sentado y con un airbag o una bolsa de aire inflada delante, pero también puede ser un pequeño testigo con las siglas SRL. Si se encuentra en buenas condiciones, la luz se apagará pocos segundos después de arrancar el coche, pero si no lo hace o si parpadea, podría indicar que hay algún tipo de problema con el sistema de seguridad del coche.
Si esto sucede, lo único que podemos hacer es llevar a que profesionales del sector revisen el vehículo, porque en contadas ocasiones se trata de un fallo del indicador del tablero, pero lo más frecuente es que se trate de una incidencia con el sistema de seguridad que conviene solucionar lo antes posible, al fin y al cabo, se ha demostrado su gran eficacia a la hora de salvar vidas en caso de accidente y conviene estar preparado si nos encontramos en una situación complicada.
Llevarlo a un taller o centro especializado no solo nos ayudará a saber si el problema era del sensor o del sistema de seguridad, también nos dará la tranquilidad que necesitamos para saber si funcionará en caso de necesitarlo. Además, en caso de no haber sido los primeros propietarios del vehículo, puede aportarnos información extra, como si los airbags han sido desplegados con anterioridad.