Para muchos trabajadores, la jubilación supone un punto de inflexión en sus vidas. Se suele pasar de llevar una vida en la que el trabajo consume gran parte de su tiempo a poder disfrutar de él por completo para lo que quieran. Algunas personas pasan años soñando con ese momento, para otras es necesario un periodo de adaptación.
Jubilarse también puede suponer un cambio en lo económico, lo que puede convertirse en una preocupación, sobre todo cuando se sabe que la pensión que quedará será un poco escasa. La pensión depende de las bases de cotización a lo largo de la vida laboral del trabajador, así como de los años cotizados, lo que no siempre da un resultado satisfactorio para quien recibe la pensión.
Esto no es algo que pille por sorpresa, aunque en ocasiones queda en un segundo plano pensando en todos los años que todavía faltan hasta que llegue el momento de poder jubilarse. Eso sí, algunas personas se organizan con tiempo, planifican, para cuando llegue ese momento y se vean en ese escenario, porque es posible completar la pensión.
En ocasiones, la pensión de jubilación que queda tras pasar toda una vida trabajando no es demasiado alta, de hecho, hay algunos casos en los que es inferior a la pensión mínima. Para estas situaciones, es la propia Seguridad Social quien suele poner a disposición de los ciudadanos opciones para complementarla, para que así pueda alcanzar, por lo menos, la cantidad estipulada como mínima por la administración.
Así, una vez revalorizadas, si son inferiores a la mínima, se pueden complementar con los complementos por mínimos hasta alcanzar la cantidad señalada por la administración como mínima para la pensión, que es igual o inferior a 8.942,00 euros anuales. Estos complementos se revisan anualmente y solo se mantiene mientras se cumplan los requisitos para acceder a ellos.
También es posible que el trabajador llegue a un acuerdo con la Seguridad Social, por ejemplo en los casos en los que le han dado de baja y queda poco tiempo para su jubilación. En ese caso, puede adscribirse a un convenio especial, un acuerdo para poder generar, mantener o ampliar el derecho a prestaciones de la Seguridad Social, asegurándose así que la pensión que le queda es más adecuada. En este caso, según recoge la web de la Seguridad Social, “el trabajador tiene la obligación de pagar las cuotas”.
Otra opción, que no depende de la cantidad que se vaya a cobrar tras la jubilación, es tener un plan de ahorro, que pueda ayudarnos a gestionar nuestro dinero mes a mes y que pueden ser una buena alternativa para aumentar nuestro patrimonio, sobre todo pensando a largo plazo. Cuanto antes se empiece con esta planificación, como sucede si contamos con un plan de pensiones abierto con antelación, mejor será para nuestro futuro económico.
Los planes de pensiones son los más conocidos, pero no son los únicos productos que pueden ayudarnos a ahorrar para la jubilación, por lo que no es mala idea consultar con nuestro gestor para ver qué opciones tenemos.