En momentos de crisis, las personas que mantienen la calma y saben reaccionar son las que más útiles pueden ser, sobre todo si es necesario neutralizar una amenaza antes de que se convierta en un peligro ingobernable. Esto puede suceder en caso de incendio, una situación que, en caso de poder ser atajada en los primeros momentos, se puede evitar un mal mayor.
Mantener la calma, avisar a los servicios de emergencia para que puedan hacerse cargo de la situación y, en estos casos concretos, saber manejar un extintor, puede marcar una gran diferencia en caso de que surja un pequeño incendio a nuestro alrededor, porque nos permite la posibilidad de intentar extinguirlo antes de que crezca.
Si bien es cierto que los extintores vienen con sus propias instrucciones para que no haya duda de cómo se utilizan de manera correcta, no es menos verdad que en un momento de nervios y crisis es mucho mejor saber qué tenemos que hacer desde antes, que tener que ponernos a leer unas instrucciones que tal vez en un momento de tensión tal no nos parezcan demasiado claras.
Lo primero que conviene saber es dónde están los extintores, porque en caso de necesitarlos, tener que buscarlos por todas partes puede resultar en una pérdida de tiempo. Una vez que lo tengamos localizado, tendremos que cogerlo y asegurarnos de que tiene la presión suficiente para poder usarlo. Para ello es necesario mirar el manómetro y confirmar que la aguja se encuentra en la zona verde.
Así, una vez que tenemos claro que está en buenas condiciones y puede ayudarnos, tendremos que retirar el pasador o anilla de seguridad. Lo correcto es dirigir el extintor hacia la base del fuego y manteniendo una buena distancia de seguridad, de unos 3 metros; en caso de que haya viento, lo correcto es abordar el fuego en la misma dirección en la que sopla el viento.
Para liberar el agente extintor hay que apretar la palanca, pero conviene hacer una comprobación previa para ver que todo va bien, presionando uno o dos segundos, después de ver que todo es correcto ya podremos usarlo, haciendo movimientos en zigzag, es decir, moviendo la manguera de un lado a otro. Durante todo el tiempo, el extinto debe mantenerse en vertical.
Una vez que queremos parar la salida del agente extintor, solo tendremos que dejar de apretar la palanca y lo mejor es dejar el extintor en el suelo, pero de forma horizontal, es decir, tumbado. De este modo, los bomberos y profesionales sabrán que ha sido usado y que, por tanto, es necesario recargarlo o sustituirlo y, en caso de que se haya gastado, indica que no pueden emplearlo.
Recuerda coger la manguera por la boquilla, para poder dirigirla y que no se descontrole, evita apuntarla hacia las personas y hazlo hacia la base del fuego. En caso de incendios de líquidos, intenta evitar que la presión del extintor derrame más líquidos, bordea el fuego desde los extremos y, una vez apagado, no le des la espalda porque podría volver a reavivarse.