Estar en situación de desempleo no es agradable para nadie. Esta circunstancia es especialmente difícil para las personas mayores de 52 años que han agotado el paro y no cuentan con recursos económicos ni ingresos para salir adelante.
Estadísticamente, sabemos que se enfrentan a muchas barreras para encontrar empleo, por esa percepción artificial de que son menos productivos o no cuentan con habilidades tecnológicas suficientes. A este cóctel hay que sumar la evidente discriminación por edad que se produce en muchos procesos de contratación. Actualmente, la tasa de desempleo en mayores de 50 años en España es una de las más altas de la Unión Europea.
Por suerte, el SEPE contempla este escenario en las distintas ayudas que ofrece con un subsidio pensado específicamente para este grupo de población: el de mayores de 52 años. Aunque suele generar confusión, no es lo mismo que, por ejemplo, una pensión no contributiva. Son prestaciones diferentes.
Para acceder a esta ayuda asistencial, los solicitantes deben cumplir una serie de requisitos. Uno es estar inscrito como demandante de empleo en el SEPE, cumplir el acuerdo de actividad con el organismo, no percibir rentas superiores al 75% del SMI y no tener derecho a otras prestaciones por desempleo, como el subsidio por desempleo para mayores de 45 años o el subsidio por desempleo ordinario. Además, deberán cumplir todos los requisitos para percibir una pensión contributiva (salvo el de edad, obviamente).
Según indica el Servicio Público de Empleo Estatal, una vez autorizado, el subsidio, de un máximo de 400 euros, puede cobrarse hasta que el solicitante cumpla la edad ordinaria exigida para tener derecho a una pensión contributiva
Como explicábamos más arriba, el colectivo de mayores de 52 lo tiene mucho más difícil para volver a entrar en el mercado laboral. Se suman dos factores que empeoran sus perspectivas: de un lado, los años que les faltan para alcanzar la jubilación; del otro, la discriminación por edad en los procesos de selección, que los condena a una travesía laboral por el desierto y los deja atrapados en un limbo.
De ahí que este subsidio tenga características particulares frente a otras ayudas y prestaciones y ofrezca una protección pensada para estos beneficiarios: la percepción de la prestación es contributiva. Les permite cotizar el “125 del tope mínimo vigente”, lo que les beneficiará cuando alcancen la edad de jubilación y la Seguridad Social realice el cálculo de su pensión.
El proceso es realmente sencillo si el solicitante dispone de certificado digital o cl@ve. El SEPE permite realizar la solicitud online a través de un servicio web habilitado.