Comprar un coche puede ser una buena decisión si planificamos exactamente cómo hacerlo y buscamos unas condiciones que nos favorezcan. En ese sentido, el mercado de segunda mano es una opción más que atractiva, y mucho más asequible para el bolsillo de quien busque renovar su vehículo sin desembolsar una gran cantidad de dinero. Así lo demuestran las cifras crecientes de ventas desde el año 2022.
Sin embargo, la compra en el mercado secundario (a un particular, por ejemplo) implica que la financiación de la adquisición del vehículo se realizará por cauces distintos a los de la venta de primera mano en un concesionario oficial.
Para conocer cuál es la mejor manera de financiar la venta, podemos atender a lo que explica HelpMyCash, uno de los comparadores de créditos más conocidos. Según indica esta herramienta, hay varias maneras de financiar la compra de vehículos entre particulares. Por un lado, podemos valernos de entidades crediticias para obtener un préstamo o pactar el precio con el vendedor del vehículo sin necesidad de pasar por el papeleo, trámites, además de ese interés elevado que la mayoría de las empresas de crédito imponen a quienes requieren de sus servicios.
Si la parte interesada en comprar el vehículo cuenta con liquidez suficiente, será la mejor opción, aunque eso suponga descapitalizarse parcialmente. Si la financiación es a plazos, entonces habrá que aceptar el interés alto impuesto por las distintas entidades de crédito, entre un 7 y un 14% TAE, según se oferta en CETELEM.
Los bancos suelen ofrecer mejores condiciones en ese sentido, si decidimos resguardarnos bajo su ala y negociar al detalle las condiciones. El interés será menos abusivo que en las financieras de microcréditos. Además, muchas entidades han desarrollado una línea de créditos específicos para la adquisición de vehículos, con condiciones que pueden ser muy interesantes para quien no quiera deshacerse de sus ahorros. En algunos casos, llegan a financiar hasta el 80% del coste, tal y como sucede con la compra de vivienda.
Queda valorar otro escenario: la negociación directa con el vendedor del vehículo para pactar unas cuotas mensuales, si se muestra favorable a esa opción y no es de los que quiere todo el dinero de golpe. Así evitaríamos meternos en un crédito y pagar interés alto que aumente la presión sobre nuestras finanzas y deudas pendientes. También nos permitiría negociar las condiciones de una forma mucho más justa que si tuviéramos que pactar con el banco o la financiera de microcréditos. Suelen tener la sartén por el mango, y el margen de maniobra para reducir lo máximo posible el TAE y el TIN es menor.
Tanto si vendemos el vehículo como si estamos a la espera de comprarlo, sería necesario realizar un contrato privado en el que se especifiquen claramente las condiciones: número de cuotas, plazo (mensual, trimestral…) e interés. Además de comunicar la compraventa en la Agencia Tributaria y a la DGT, hay que conocer algunos detalles: entre particulares quedan excluidas formas de financiación con opción a compra como el Leasing o el Renting, que sí suelen ofrecer los concesionarios cuando compramos un vehículo allí.