Hipoteca mixta, fija o variable: ¿cuál es la mejor opción a elegir?
Elegir entre hipoteca mixta, fija o variable depende de distintos factores: los tipos de interés, la oferta de las entidades en cada momento...
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Si te planteas comprar un inmueble, seguro que te preguntas qué es mejor: hipoteca fija, hipoteca variable o hipoteca mixta. Estas son las tres opciones que existen en el mercado a la hora de solicitar un préstamo con garantía hipotecaria y cada una de ellas cuenta con ventajas y desventajas que dependen de varios factores: en cuánto tiempo devolverás el préstamo, cuál es la oferta de las entidades en ese momento concreto (los vaivenes del mercado influyen en el precio de cada una de ellas, como ocurre en la actualidad debido al alza del euríbor), qué nivel de riesgo estás dispuesto a asumir... Toma nota de estos consejos para elegir con cabeza y con pleno conocimiento antes de firmar ningún contrato.
Hipoteca mixta, fija o variable: cuál es la mejor opción
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Lo primero que debes conocer e cuáles son las características de cada tipo de hipoteca:
- Hipoteca variable. En este caso, el precio del préstamo depende del índice con el que se relacione, como es el caso del euríbor, el más frecuente entre las distintas ofertas bancarias. La fórmula habitual consiste en aplicar un diferencial fijo al que se suma un diferencial variable (determinado por el índice de referencia). Así, si el diferencial variable se encuentra al 0 por ciento o en negativo, solo pagarás el diferencial fijo, como ha ocurrido hasta hace pocos meses con el euríbor. Si el diferencial variable supera el 0 por ciento, se sumarán ambos diferenciales, fijo y variable, y ese será el porcentaje que se aplique a tus cuotas. Lo normal es que se revise el precio de tu hipoteca cada 6 meses o cada año. Por tanto, cuando firmas una hipoteca a tipo variable es imposible conocer con exactitud cuánto te costará la financiación elegida: los cálculos que el banco te ofrece servirán para dibujar distintos escenarios, pero no es posible predecir cómo evolucionará el mercado.
- Hipoteca fija. En la hipoteca a tipo fijo no hay sorpresas: se aplicará el mismo diferencial durante toda la vida de la hipoteca. Como contrapartida, este diferencial suele ser más elevado que el que se ofrece en las hipotecas a tipo variable. La buena noticia es que tendrás la certeza de cuánto te costará tu préstamo desde el primer momento. Eso sí, en el caso de las hipotecas a tipo fijo es frecuente que el banco marque un plazo máximo de devolución más reducido: es su forma de protegerse y de no perder dinero, acotando la incertidumbre a través de un límite temporal. En cambio, en las hipotecas a tipo variable existen productos que permiten devolver el dinero en hasta 35 años.
- Hipoteca mixta. En este caso nos encontramos con un producto que, como su nombre indica, combina los dos tipos de hipoteca anteriores. Así, existirá un primer plazo a tipo fijo (por ejemplo, de 10 años) y un siguiente periodo (normalmente más largo) en el que se te aplicará la misma lógica que en el caso de una hipoteca variable. Esta clase de hipoteca suele ser la más recomendable para quienes pueden permitirse un plazo de devolución reducido, ya que el diferencial aplicable durante el tramo fijo suele ser más bajo que el de una hipoteca completamente fija. Así, si consigues reducir el tiempo en que pagarás una cuota variable, la incertidumbre será menor.
En cuanto a cómo elegir entre hipoteca a tipo fijo, variable o mixta, tal y como explica HelpMyCash, la situación actual es de alza del euríbor y, por tanto, de encarecimiento de los préstamos a tipo variable. Por eso las entidades están encareciendo las hipotecas a tipo fijo y abaratando las hipotecas a tipo variable. Más allá de cada oferta concreta, debes tener en cuenta que una hipoteca fija es mejor si quieres pagar siempre lo mismo y no te importa que tu cuota sea un poco más cara durante los primeros años.
En cambio, una hipoteca variable es mejor si quieres pagar poco a corto plazo y no te importa que tu cuota cambie, siempre que puedas asumir una posible subida de las cuotas. Desde este comparador recomiendan decantarse por un tipo fijo si no quieres que te afecten los vaivenes de los mercados y no tienes capacidad económica para asumir unas cuotas cada vez más caras. Un interés variable "solo es una opción realista si puedes devolver el dinero en un plazo corto (para que no dé tiempo a que el euríbor suba mucho) y tienes un poder adquisitivo suficiente para asumir unas cuotas que vayan siendo cada vez más caras".
Además, hay que tener en cuenta que, por primera vez desde hace muchos años, Estados Unidos y Europa tienen el mismo problema al mismo tiempo: una inflación desbocada que deben combatir. Ambos hacen uso de la misma herramienta: los tipos de interés, y hay que tener en cuenta que una subida de tipos en Estados Unidos puede encarecer aún más las hipotecas a tipo variable en este momento.