Aunque suene a algo lejano y que forma parte del pasado, no hace tanto que se puso fin al servicio militar obligatorio. Concretamente, fue en el año 2001 cuando se acabaron las llamadas a filas y se optó por apostar por unas Fuerzas Armadas profesionales, tal y como ya era norma en otros países cercanos y que ahora es una realidad.
Ese tiempo dedicado a la carrera militar, que era obligatorio y que podía durar entre nueve meses y tres años según la época, en realidad no suma tiempo de cotización si se trata de una jubilación ordinaria.
La cosa cambia si la situación es diferente, porque la Seguridad Social estipula que esos meses de mili obligatoria para los españoles solo cuentan para “alcanzar el período de cotización específico en el caso de jubilación anticipada, voluntaria o involuntaria, y con el límite máximo de un año”, tal y como explican en su página web.
Esto no solo se aplica a los hombres que hicieron la mili, también es aplicable a quienes realizaron la prestación social sustitutoria (quienes fueron objetores de conciencia) y las mujeres que realizaron el servicio social femenino obligatorio.
Para que el tiempo de servicio militar obligatorio aparezca en la vida laboral y de este modo sirva para la pensión, tiene que estar documentado, de este modo se podrá demostrar. Por eso es necesario realizar una instancia a la Delegación del Ministerio de Defensa, para así obtener el certificado y localizar el expediente militar.
Se trata de una solicitud que puede presentarse en las Delegaciones y Subdelegaciones Provinciales del Ministerio de Defensa, o mediante un escrito certificado enviado desde Correos a dichas Delegaciones. Al presentar la solicitud es necesario rellenar un formulario con los datos personales y también aportar una copia del DNI y de la cartilla militar. En este documento aparece la armada en la que se hizo la mili (si fue en el Ejército de Tierra, la Armada, o el Ejército del Aire), el lugar en el que se prestó el servicio militar y también las fechas en las que tuvo lugar.
Esta instancia debe dirigirse a Delegación del Ministerio de Defensa de la provincia donde se residía en el momento de incorporarse al servicio militar. Una vez obtenido el certificado, habrá que acudir a la sede de la Seguridad Social, donde será necesario solicitar que compute en tu vida laboral.
Esto, que no parece demasiado complicado, sí que puede ser un proceso lento, porque la documentación de los servicios militares tiende a estar descentralizada, por lo que localizarla puede llevar un tiempo. Además, conviene recordar que la mili solo computa para la jubilación si esta es anticipada, tanto si se trata de una jubilación voluntaria como si es forzosa.
Para solicitar la jubilación anticipada es necesario acreditar un tiempo mínimo cotizado a la Seguridad Social y los meses de servicio militar obligatorio pueden ser de ayuda, porque permite sumar hasta un año de cotización adicional.