Con la llegada de la Semana Santa lo hacen también los dulces típicos de esta festividad, como son las torrijas. Aunque podríamos hacerlas todo el año, muchas personas solo las comen durante estas fiestas, lo que hace que resulten más especiales y haya muchas más ganas de comerlas.
Así las cosas, sorprende un poco que puedan llegar a sobrar, pues lo habitual es que vuelen de la bandeja y se terminen rápidamente. Preparar las torrijas no es complicado, solo hay que seguir la receta, pero sí que requiere que le dediquemos un poco de tiempo.
Las personas más previsoras, aprovechan que se han puesto manos a la obra para hacer una cantidad mayor, de este modo evitan tener que pasar una segunda tarde en la cocina, hirviendo leche con canela, cortando pan, batiendo huevos y friendo las torrijas.
Un esfuerzo que se ve recompensado al poder tener un excedente de torrijas, que podemos guardar para más adelante y que, si lo hacemos bien, estarán ten deliciosas y en su punto como si del primer día se tratara.
Como más ricas están las torrijas es recién hechas, por eso mucha gente las hace en pequeñas cantidades, las que sabe que se pueden consumir a lo largo del día sin importarles que poco tiempo después tengan que comenzar el proceso de prepararlas de nuevo, porque, no nos engañemos, no es sencillo decir que no a este postre.
Esto puede ser un gran esfuerzo, por eso es mejor conocer algunos trucos para poder conservarlas, de este modo en cualquier momento podremos acercarnos a la cocina y disfrutar de su dulce sabor, incluso a primera hora de la mañana, cuando estamos recién levantados y no todo el mundo tiene ánimo de ponerse a hacer torrijas.
Las torrijas aguantan en buenas condiciones si las dejamos a temperatura ambiente hasta un máximo de dos días, siempre y cuando las dejemos enfriar completamente sobre un papel absorbente y después las guardemos en un recipiente de cristal hermético. También podemos guardarlas refrigeradas e incluso congelarlas porque, para sorpresa de muchos, se pueden congelar.
Si queremos que estén en la nevera, donde durarán 3 o 4 días, de nuevo la mejor opción es un recipiente de vidrio, pero en este caso, lo mejor es separar cada torrija con papel de aluminio o encerado, evitando así que se peguen entre ellas y se convierta todo en un desastre. Si las queremos congelar, se recomienda hacerlo de manera individual, guardando cada una en una bolsa de congelados. Una vez que queramos comerla, solo habrá que sacarla un rato antes a la nevera y dejar que se descongele.
No solo pueden congelarse las torrijas ya hechas, también puede hacerse a mitad de proceso, después de empaparlas en leche, y tendrás que congelarlas con esta, para que no se queden secas. Después solo tendrás que dejarlas descongelar, cubrirlas con el huevo y freírlas, aunque podrían saltar un poco más a causa del hielo de la congelación. Si las congelas ya fritas, deja que se enfríen por completo.