La Semana Santa está asociada a la gastronomía gracias a varias recetas deliciosas que, si bien podríamos preparar durante todo el año (y en muchos casos así es), su consumo habitualmente queda relegado a estos días de descanso y relax.
Este es el caso de las torrijas, un dulce delicioso elaborado a base de pan y que parece agotarse tan pronto como se coloca sobre la mesa. Sencillas de preparar, parecía imposible mejorar la receta tradicional, pero poco a poco vamos descubriendo nuevas formas de prepararlas que nos tientan a seguir comiéndoles incluso una vez que pasen las festividades.
Si sabes cómo utilizarlo, el microondas puede convertirse en un gran aliado en la cocina. No solo te puede ayudar a calentar y descongelar, habilidades que todos sabemos que tiene y que son las que más se emplean en el día a día, también puede acortar los tiempos de cocinado e incluso convertirse en la mejor herramienta a la hora de dejar salir tus dotes como repostero.
Para preparar unas buenas torrijas es necesario contar con los ingredientes correctos, esto será igual en esta receta, que pronto veremos que es muy similar a la original, pues las diferencias solo llegan en el momento de freír las torrijas. En esta ocasión, este paso lo haremos con la ayuda del microondas, reduciendo y mucho la cantidad de aceite empleado y consiguiendo así un postre más ligero, pero no menos delicioso.
Así, igual que se ha hecho siempre, el primer paso es poner leche en un cazo y colocarla sobre el fuego hasta que hierva (puedes emplear un litro para una barra de pan). En el cazo también hay que poner una ramita de canela, unos 60 gramos de azúcar y las peladuras de una naranja y un limón (bien lavado previamente). Mientras se calienta la leche, podemos ir cortando la barra de pan en rodajas ni demasiado gruesas ni demasiado finas. Este paso en realidad podríamos hacerlo también en el microondas, calentando la leche y añadiendo después el resto de ingredientes, dejando reposar después de mezclarlo bien para que los sabores se impregnen.
Una vez que rompa a hervir la leche, la sacamos y dejamos que se atempere ligeramente. Colocamos el pan en una bandeja y cubrimos con la leche, que colamos en el momento de echarla para recuperar la ramita de canela y las pieles de frutas. Dejamos que se empape bien y damos la vuelta a las rebanadas cada 10 minutos. Mientras tanto, batimos dos huevos y pincelamos con mantequilla una fuente apta para microondas.
Sacamos el pan de la leche, lo rebozamos en el huevo y colocamos los trozos en la bandeja engrasada. Cubrimos el recipiente con papel de horno (ojo, porque si no tenemos, cubrirlo con papel de aluminio no es una opción), y lo metemos tres minutos en el microondas a 750 W.
Una vez pasado ese tiempo, comprobamos que estén en su punto o si necesitan un poco de tiempo más (cada microondas es diferente). Para rematarlas podemos espolvorear con una mezcla de azúcar y canela, añadir un toque de miel o dejarlas tal cual, como más nos gusten.