La Semana Santa es un tiempo de costumbres arraigadas en el espíritu, pero también en el estómago. Con el retumbar de los tambores en las calles, los rezos y el fervor regresan las recetas típicas de las festividades santas. Las mesas y las celebraciones familiares se llenan de postres como las torrijas, las rosquillas o la tradicional mona de pascua, muy popular en Cataluña y en buena parte del Levante.
Esta tradición comienza casi siempre con un padrino que regala una mona de pascua a sus ahijados, un bollo decorado con huevos duros o de chocolate que a menudo también incluye otros elementos decorativos como frutas confitadas, plumas, figuras de chocolate, o incluso juguetes para los más pequeños. Rellena con crema, aromatizada con cítricos, con o sin almendras laminadas… este clásico de la cuaresma es muy versátil y puede adaptarse a nuestro gusto, aunque siempre será interesante seguir la receta clásica de dos de las regiones donde hay más tradición: Cataluña y Comunidad Valenciana.
En Cataluña y la Comunidad Valenciana, el proceso de preparación de la masa es similar. Solo varían algunos de los ingredientes como la almendra o el anís, más típicos del Levante.
Comenzamos con el prefermento, disolviendo la levadura en un poco de agua tibia. A continuación añadimos la harina y dejamos reposar la mezcla toda la noche, sin amasarla.
En un bol grande, mezclamos el aceite de oliva y los huevos ligeramente batidos.
Añadimos a los líquidos la levadura previamente desmenuzada, la ralladura de los cítricos, 100 g de azúcar y el ingrediente que le dará volumen a este postre típico: el prefermento. Por último, incorporamos la harina.
Removemos todos los ingredientes hasta obtener una masa suave y la pasamos a la superficie de trabajo previamente enharinada.
Amasamos hasta que la masa coja una textura elástica. Sabremos el punto correcto cuando ya no se pegue a los dedos y se pueda trabajar, doblez a doblez, sin mayores problemas.
Cubrimos el bol con un paño húmedo y dejamos reposar la masa en un lugar cálido hasta que duplique su volumen.
Para crear la mona, dividimos la masa en porciones iguales y formamos una trenza o roscón, o bien le damos forma de figuras decorativas. Es lo que se conoce como ‘bolear’.
Colocamos la mona sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal.
Decoramos con huevos de chocolate, almendras enteras o laminadas, y otros dulces al gusto, presionando ligeramente sobre la masa.
Precalentamos el horno a 180°C.
Pincelamos la mona con agua de azahar y un poco del azúcar que nos ha sobrado. Horneamos durante unos 20-25 minutos o hasta que esté dorada y cocida por dentro (al pincharla, el cuchillo tiene que salir limpio).
Dejamos enfriar sobre una rejilla antes de servirla.