En carretera la seguridad es importante y una forma de conseguir que los conductores respeten los límites de velocidad es colocando radares que incentiven reducirla, ya sea como recordatorio de que las normas están para cumplirlas o para evitar el desembolso económico que en muchas ocasiones acompaña a esta transgresión que aumenta el riesgo de sufrir un accidente.
Existen muchos tipos de radares diferentes que se pueden encontrar en las carreteras españolas y aunque tendamos a pensar que en ocasiones su fin es recaudatorio, no son pocos los que se instalan solo para intentar prevenir prácticas de riesgo. En el caso de los radares pedagógicos no siempre se tiene claro cuál es su finalidad, ¿avisar a los conductores o también multarles?
Al hablar de radares pedagógicos hacemos referencia a esas pantallas LED que avisan de la velocidad a la que circula el vehículo, en algunos casos también recomiendan aminorar la marcha si la velocidad excede la permitida. Monitoriza el vehículo del usuario y genera un mensaje concreto que apela directamente al conductor, en lugar de ser un mensaje genérico para todos.
Estos radares pueden estar instalados por la DGT o los ayuntamientos, pueden ser fijos o estar colocados de manera provisionalmente con la intención de calcular las velocidades habituales de una zona, estudiando el comportamiento de los conductores para poder actuar en el futuro basándonos en lo aprendido para planes de movilidad, por ejemplo.
Así, no es raro que estos radares pedagógicos estén programados para calcular la velocidad del vehículo que se acerca, señalizarlo con sus luces para informar al conductor y reaccionar con un mensaje a este dato, ya sea agradeciendo el que se estén respetando los límites de velocidad o avisando de que es necesario reducirla.
Como su nombre indica, este tipo de radares tiene función pedagógica, es decir, pretende educar o enseñar a los conductores, señalarles que están cometiendo un error y darles la oportunidad de rectificar para ajustarse a las normas. Su finalidad no es multar, no es eso lo que hacen.
No obstante, esto no quiere decir que cualquiera que pase bajo uno de estos sistemas de detección vaya a estar libre de multas, no es raro que, en casos puntuales, si la policía ve que un vehículo excede la velocidad permitida, este sea multado en función de la información obtenida gracias al sistema del radar. En este caso tendrían que pillarle en el momento, por ejemplo, circulando a la vez que él.
Quienes estén preocupados por la posibilidad de que este tipo de radares les pueda costar una multa pueden estar tranquilos, los radares pedagógicos no pueden mular, ahora bien, eso no quiere decir que no haya que tenerlos en cuenta. Estos se dedican a apelar a la responsabilidad individual de los conductores, a señalarles el momento en el que no están cumpliendo las normas y pidiendo amablemente que lo hagan, y lo cierto es que, por lo menos hasta el momento, este sistema ha demostrado ser bastante efectivo.