Intentamos protegernos por todos los medios, pero siempre parece que los estafadores van un paso por delante, creando nuevas maneras de conseguir que los usuarios confíen en sus tretas. Poco importa que ahora podamos comunicarnos en segundos, avisando a otros usuarios para evitar que caigan en las mismas trampas que quien ya ha sido estafado, cada vez sus trucos son más elaborados y corremos el riesgo de que vacíen nuestras cuentas bancarias antes de que nos demos cuenta de que hemos sido víctimas de un robo.
Existen muchas maneras en las que los estafadores pueden hacernos caer en la trampa para intentar suplantar nuestras identidades y vaciar nuestras cuentas corrientes. Las autoridades tratan de detenerles, pero hasta que llega ese momento, la única manera de evitar que nos roben es tener todos los sentidos en alerta para evitar caer en la trampa.
Por ejemplo, para evitar caer en los nuevos casos de phishing que se están produciendo, los Mossos d’Esquadra recomiendan en sus redes sociales que evitemos abrir los links que nos envían por correo electrónico, por muy interesante que nos parezca la oferta. Lo mejor es ser desconfiado y acceder a la página web de la empresa y asegurarnos de que no se trataba de una web clonada, pensada para robar nuestros datos bancarios.
Estas webs se han convertido en uno de los mayores riesgos en época de rebajas, ofrecen los mismos productos y con la misma estética que las webs oficiales, pero lo hacen a un precio irrisorio. En estos casos hay que tener cuidado, asegurarnos de que se trata de la web oficial mirando a ver si la URL es la correcta o si hay algún tipo de falta de ortografía.
Sin embargo, este sistema no es el único al que hay que prestar atención a la hora de evitar estafas y robos. Por ejemplo, podemos recibir una llamada haciéndose pasar por nuestro banco y solicitando nuestros datos personales. Nunca hay que proporcionar datos personales, confidenciales, de acceso, o bancarios a través de estas vías.
Lo mejor es emplear herramientas de seguridad, como el filtro antispam y, en el caso de las empresas, cubrirse las espaldas utilizando la firma digital o cifrado en los correos electrónicos para evitar suplantaciones, tal y como recomiendan desde El Mundo. Hay que mantener los equipos actualizados, utilizar contraseñas seguras y diferentes para cada servicio, cambiándolas de vez en cuando, y proteger nuestro router, restringiendo las conexiones remotas.
Desconfía de todo, usa métodos de confianza para contactar con tu banco, no descargues aplicaciones extrañas, ni confíes tus datos personales a no ser que hayas sido tú quien haya hecho la llamada y sea a un número de confianza. Cambia las contraseñas de vez en cuando y, siempre que sea posible, añade un sistema de autenticación de doble factor, lo que añade una barrera de protección extra.
Con estos consejos puede que no estés seguro al 100%, pero por lo menos estarás un poco más protegido. Por supuesto, en caso de que no podamos evitarlo, el primer paso es denunciarlo ante el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil o la Policía Nacional.