Una hipoteca es un préstamo a largo plazo que quienes compran una vivienda utilizan para financiar la compra, y así evitar descapitalizarse. En esencia, funciona como un contrato o ‘deuda buena’ entre el prestatario y el banco, donde el primero recibe una suma importante de dinero y se compromete a devolverla en cuotas periódicas a lo largo de un período acordado, junto con los intereses correspondientes.
Es frecuente que a lo largo todos los años de abonar mes a mes las cuotas las personas hipotecadas dispongan de algún remanente de dinero extra y se planteen reducir el pago mensual mediante la amortización de su préstamo, algo que no siempre es una decisión fácil de tomar y suele venir con ‘letra pequeña’.
Es importante estudiar muy bien cuál es nuestra situación financiera y consultar con un asesor que pueda analizar fría y objetivamente qué pasos nos conviene dar. Las dos maneras principales de reducir la carga hipotecaria del inmueble que hemos adquirido son: amortizar en cuota, reduciendo la cantidad que nos toca pagar mes a mes, o el plazo para devolver la deuda.
Toca hacer números antes de negociar con la entidad bancaria y volver a leer atentamente la letra pequeña del contrato para detectar la comisión que se lleva nuestro prestamista por modificar las condiciones del préstamo. No olvidemos que nuestro banco no quiere perder su parte del pastel.
Es muy probable que nos aplique una prima para reducir nuestra carga hipotecaria, ya que, a largo plazo, esto significa que estaremos menos años pagando religiosamente. En hipotecas fijas, la ley establece un máximo del 2% en los primeros 10 años; 1,5% a partir de entonces. En hipotecas variables, un máximo del 0,25% en los cinco primeros años; 0,15% a partir del quinto año.
En esencia, son dos los escenarios que tenemos que plantearnos.
Salvo casos muy específicos en los que tengamos cierta necesidad de reducir la cuota mensual para aliviar nuestra carga financiera, la mejor opción suele ser reducir el plazo de amortización, especialmente si podemos realizar la quita en los primeros años de pago del préstamo. Al seguir mayoritariamente el modelo de amortización francés, todo el dinero que abonamos los primeros años se destina al pago de los intereses, y en un contexto de tipos de interés altos donde la hipoteca a tipo variable es la norma y el euríbor no da tregua a las familias, más nos interesará deshacernos cuanto antes esta parte de la deuda que beneficia a la entidad.
En números:
Pongamos que disponemos de 50.000 euros extra para realizar una amortización parcial.