Pelucas delirantes, cuerdas de ahorcado en el cuello, máscaras, cotillones, maquillajes que demuestran inventiva e ingenio… Febrero tiene una fiesta que lo distingue de otros meses. Año a año, la tradición del carnaval no pierde vigencia, por mucho que cambien los tiempos, las tendencias y los disfraces preferidos de quienes buscan desinhibirse y pasando bien mostrando su otra cara. Tiempo de ponerse la careta. Tiempo de preparar el atuendo que llevaremos una de las mejores veladas del año, esa que nos permite ser otros por unas horas.
Como en cualquier fiesta regulada en cada comunidad autónoma y ciudad, es importante escoger un disfraz que cumpla con las normas de seguridad básicas y esté fabricado con materiales seguros. Esto es especialmente importante si tenemos niños a cargo y queremos evitar problemas.
Para saber cómo identificar los mejores disfraces tenemos que pensar en el uso que le daremos. Si es para nosotros, la decisión será distinta a la de si es un disfraz que hemos comprado para un niño. En ese caso, no se considera estrictamente un disfraz, sino un juguete. Debe ajustarse a ciertas normas.
Lo primero es el etiquetado. Buscaremos la marca CE, y si es un disfraz para niños, que esté etiquetado como un juguete.
Tal y como recomienda la OCU, habrá que fijarse muy bien si es resistente al fuego y verificaremos que no tiene partes cortantes o elementos pequeños adheridos a la estructura que se puedan tragar en un descuido. Revisar el tejido no está de más, para evitar los inflamables: nailon, acrílico y poliester.
Hay que descargar los disfraces con cuerdas o cordones en la zona de la capucha, ya que aumentan el peligro de asfixia. En caso de que lo lleve en alguna otra parte, este elemento debería tener una longitud máxima de 7,5 cm y estar bien fijado, para que no se puedan arrancar y el niño no se quede atrapado en la zona de juego.
Los disfraces que incorporen máscara deben ser siempre revisados para comprobar que ventilan bien y los orificios de entrada de aire son de un tamaño adecuado.
Si el disfraz viene con peluca, comprobaremos la longitud del pelo sintético. Descartaremos las pelucas con cabellera demasiado larga. Es relativamente fácil que produzcan quemaduras cuando se prenden por accidente. De nuevo: si estamos comprando un disfraz para uno de nuestros hijos, buscaremos el etiquetado CE en este elemento, y que esté catalogado como juguete.
Por último, el maquillaje es otro apartado al que debemos prestar atención para no llevarnos sorpresas ‘dermatológicas’ desagradables. Muchas personas tienden a adquirir estos productos en bazares de bajo coste, con el peligro que eso implica si el maquillaje no ha pasado los controles de calidad. Con frecuencia, los mecanismos de inspección implementados por los organismos de consumo analizan la composición y fabricación de muchos disfraces a la venta y los retiran del mercado. Es mejor invertir un poco más de dinero en productos que respeten nuestro tipo de piel y hayan sido testados. Así evitaremos reacciones alérgicas indeseadas.