A la hora de cuidar de nuestras plantas, ya sean de interior o en un jardín o huerto, es fundamental preparar las macetas antes de volver a usarlas. Si no lo hacemos en el momento adecuado, podemos afrontar distintos problemas y perjudicar seriamente su crecimiento y su salud.
Tanto si queremos reutilizarlas para almacenaje como si toca trasplantar en una maceta más grande, hay algunos pasos que debemos seguir para que el proceso sea lo más higiénico posible.
Las macetas ‘agarran’ focos de contaminación cruzada con cierta facilidad. Con el tiempo, los restos de sustrato o tierra vieja pueden retener patógenos, esporas de hongos e incluso larvas y huevos de diferentes insectos. La limpieza nos permite acotar el peligro de plagas e infestaciones y mejorar la capacidad del propio sustrato para retener y liberar nutrientes.
Es frecuente también que acumulen residuos de sales minerales del agua de riego y los fertilizantes en las paredes, y a veces incluso observaremos que la maceta tiene obstruidos los agujeros de drenaje. Realizar un mantenimiento periódico nos va a permitir airear el sustrato; evitar el encharcamiento y otros problemas muy típicos, como las raíces que se han podrido por exceso de humedad.
En cuanto al desgaste, como cualquier otro objeto, pasado el tiempo es frecuente apreciar grietas en la superficie del material con el que estén fabricadas. Esto no nos interesa, porque, como en cualquiera de los escenarios anteriores, lo que queremos es que nuestras plantas se desarrollen sanas y fuertes y su crecimiento sea sostenido. Son seres vivos. En nuestro propio interés está trabajar por su bienestar.
Si las macetas tienen manchas difíciles, puedes hacer una pasta de bicarbonato de sodio y agua para frotar las paredes. Este primer limpiado con un agente abrasivo suele ser bastante efectivo. Además, deberíamos considerar una ´rotación’ del sustrato para evitar que se repitan ciertas enfermedades con la nueva planta.
Para las macetas que hayan contenido plantas con plagas, algunos expertos recomiendan sumergirlas en una solución fungicida o bactericida después de limpiarlas.
Necesitaremos: