El café es uno de esos placeres que precisa de rituales específicos y buena materia prima para ser degustado como merece. El tipo de cafetera que utilizamos para prepararlo es uno de los puntos clave para obtener un resultado que se ajuste a nuestras expectativas.
Desde hace años, las cafeteras automáticas de marcas como Nesspreso, Krups o Dolce Gusto se han convertido en un imprescindible en muchas casas. La variedad de formas de preparación que ofrecen y la rapidez con la que podemos conseguir un café de un sabor muy aceptable son algunas de las ventajas. Basta con encajar la cápsula, esperar a que el agua del depósito alcance la temperatura y pulsar un botón. Es cierto que nos permiten ganar tiempo frente al proceso lento de preparar café en una moka italiana, si bien el sabor no es comparable (solo en los modelos automáticos más caros el sabor del café puede competir con el que obtenemos en modelos de marcas como Bialetti).
Como cualquier otro aparato, las eléctricas suelen acabar dando problemas en algún momento. Necesitan que las mantengamos en buen estado, prolonguemos su vida útil y eliminemos de vez en cuando los depósitos que se forman en los circuitos internos. También hay que conocer las que mejor se adaptan a nuestro estilo de vida y al tiempo del que disponemos.
La cal es un problema común en este tipo de electrodomésticos. Los depósitos pueden obstruir los conductos internos, afectar el flujo de agua y reducir la eficiencia general de la máquina. Descalcificar es importante, porque así restauramos el rendimiento de la cafetera y, lógicamente, eso nos va a permitir conseguir el mejor café posible.
La frecuencia con la que debemos descalcificar nuestra cafetera automática depende de factores como la dureza del agua en nuestra área y la cantidad de café que consumimos a diario. En general, se recomienda realizar este descalficidado cada 2 o 3 meses. El propio aparato puede ayudarnos a saber cuándo tenemos que mantenerlo. Muchas tienen indicadores automáticos que nos avisarán cuando sea el momento.
Hay algunos trucos muy útiles en nuestra propia manera de consumir café y en los ingredientes que utilizamos para lograr que la cal no sea un problema.
La calidad del agua, por ejemplo, impacta directamente en la vida del aparato. Rellenar la cafetera agua filtrada o embotellada puede reducir bastante la acumulación de minerales de nuestra automática. Del mismo modo, con solo ser un poco cuidadosos podemos reducir el número de veces que nos va a tocar descalcificar nuestra cafetera con los métodos oficiales. Basta con retirar los posos del café y limpiar el portafiltros y la boquilla al menos una vez a la semana.
Las propias marcas de cafeteras (Krups, por ejemplo) tienen líneas de productos aptos para limpiar y restaurar los circuitos interiores y suelen especificar en su manual de instrucciones cómo se debe realizar la limpieza.
No se recomienda en ningún caso usar desatascantes y limpiadores de andar por casa, como el vinagre o la lejía. Pueden valer para otros objetos de la casa, pero no para un electrodoméstico de este estilo. Las indicaciones del fabricante siempre serán una guía mucho más segura para nosotros.
El proceso para eliminar los depósitos de cal es muy parecido en muchos modelos. En este caso, el de una Delongui Magnífica S.