Limpiar el horno es una de las tareas más fastidiosas cuando se trata de mantener nuestra cocina en orden. Lo incómodo de su ubicación habitual, su forma y profundidad, el hecho de que solemos dejar pasar demasiado tiempo entre una limpieza profunda y otra... hacen que, en el momento en que nos decidamos a eliminar la suciedad, nos cueste sudor y esfuerzo conseguir un resultado resplandeciente. Si va llegando el momento de limpiar tu horno y quieres que el resultado dure lo máximo posible, toma nota de estos consejos sobre cómo limpiar el horno.
La forma más sencilla de eliminar la suciedad de un horno (sobre todo si nos enfrentamos a una gran acumulación) es recurrir a productos comerciales preparados específicamente para este fin. Existen muchos, de diferentes marcas, con distinta potencia... pensados para distintas situaciones, y el resultado suele ser muy bueno porque, lógicamente, un producto químico diseñado específicamente para un fin suele funcionar muy bien.
Lo malo es que estos productos suelen resultar más o menos tóxicos, y ello no es del agrado de todo el mundo. Si prefieres huir de químicos y acudir a remedios naturales para limpiar el horno, existen alternativas clásicas y universales, como el uso de una mezcla de agua y limón, agua y bicarbonato, agua y vinagre blanco... Estos productos sirven, en general, para limpiar de forma eficaz y segura casi cualquier superficie del hogar, resultando a la vez inocuos para la salud, respetuosos con el medio ambiente, y muy baratos. Con todos ellos lograrás una limpieza profunda, ya que se trata de productos desinfectantes y anti bacterianos.
Simplemente, crea una de estas mezclas (en distinta proporción según el grado de eficacia que necesites), espárcela dentro del horno (por ejemplo, con un spray, o simplemente con un paño o esponja) y déjala actuar antes de frotar para que la suciedad se ablande.
También puedes usar un truco muy utilizado en la limpieza de microondas: introducir un recipiente (apto para horno) lleno de la solución de limpieza casera que hayas creado, o bien verterlo sobre la bandeja del horno, y ponerlo a calentar durante 30 minutos a unos 200 grados, de forma que el contenido se evapore y ayude a ablandar la suciedad. Luego te será mucho más sencillo eliminarla usando un trapo, insistiendo donde sea necesario. Eso sí, espera a que el horno se enfríe para no sufrir quemaduras.
Otro truco casi mágico es crear una pasta de bicarbonato, vinagre y agua. En concreto, deberás mezclar 10 cucharadas de bicarbonato, 4 de agua caliente y 3 de vinagre (aproximadamente) para fabricarla. Úsala para ‘untar’ el interior de tu horno y déjala actuar durante unas horas. Lo normal será que la suciedad se despegue sola, sin necesidad de frotar. Luego bastará con aclarar con agua, o bien con agua y vinagre.
Del mismo modo, el limón te ayudará a desinfectar el horno (también se usa en parrillas, barbacoas...) y será un gran remedio contra los malos olores. Calienta el horno como en el ejemplo anterior tras haber llenado su bandeja con agua y limón y deja que el vapor elimine bacterias y malos olores de forma sencilla y rápida. Un buen truco para ahorrar energía y tiempo es hacerlo justo después de haber preparado cualquier alimento, para aprovechar el calor residual.