Los pelos enquistados, también conocidos como foliculitis, aparecen cuando un pelo se enrosca y crece nuevamente debajo de la piel, en lugar de salir a la superficie. Un buen número de personas se afeita con regularidad, por lo que es bastante común que en algún punto suframos este problema: esos ‘pelitos’ que no atraviesan la epidermis de forma natural y crecen hacia dentro, como un doloroso intruso.
“La pseudofoliculitis es una lesión inflamatoria. Se produce tras la depilación o el afeitado cuando el pelo, generalmente afilado, crece y en lugar de salir a la superficie, se curva encarnándose hacia el interior de la piel”, explica la dermatóloga Ángela Hermosa para Cuídate. “En ese momento, el organismo reacciona frente a ese pelo como si fuera un cuerpo extraño, produciendo una reacción inflamatoria”.
Este problema nos obliga a adoptar una rutina de cuidado de la piel que respete nuestra epidermis y no obstruya los poros.
Si has vivido el momento de encontrarte con un pelo enquistado que te molesta mucho cuando lo tocas, incluso te duele, sabrás lo que viene después: inflamación, picor en algunos casos, incluso una posible infección. ¿Cómo evitamos que aparezcan?
Un rasurado higiénico es absolutamente esencial para prevenir la aparición de estos molestos pelos encarnados en áreas como las piernas, la barba o la zona del bikini, sitios donde típicamente suelen aparecer.
Antes de pasar la cuchilla, tenemos que asegurarnos de ablandar e hidratar la piel adecuadamente con agua tibia para abrir los poros. La pasada de la cuchilla debe ser siempre en la dirección del pelo, no a la contra.
Se recomienda utilizar una crema o gel de afeitar de cierta calidad y una cuchilla a estrenar. Además, hay que cambiarlas con cierta regularidad, y siempre es preferible usar cuchillas que incorporen gel lubricante en la banda. Reutilizarlas demasiado, una tendencia bastante común, solo conseguirá que la hoja se desafile y la piel se irrite con más facilidad, además de conseguir un corte inexacto que deje el vello atrapado bajo la epidermis.
No te tapones los poros después de afeitarte
Al terminar de afeitarnos solemos usar determinados productos sobre la piel, ya sean lociones, aceites o cremas hidratantes para calmar la la zona. Siempre deberíamos escoger aquellos que sean no comedogénicos. Suelen estar formulados para no obstruir los poros. El riesgo de pseudofoliculitis se reduce drásticamente.
Ya sea mediante afeitado, cera o láser, la depilación excesiva puede irritar la piel y aumentar el riesgo de foliculitis. Entre sesión y sesión hay que dejar pasar el tiempo suficiente para que el pelo crezca con normalidad.
Lo mismo ocurre con el típico sobreexfoliado. Sí, la exfoliación es beneficiosa, ya que elimina la piel muerta y los restos de sebo, pero como cualquier rutina de belleza, hacerlo en exceso puede producir justo el efecto contrario: una piel que se irrita con más y más facilidad y atrapa los pelos bajo la barrera cutánea.
Si tendemos a usar prendas muy pegadas al cuerpo, la fricción constante con la piel puede irritar los folículos pilosos. La ropa más suelta, especialmente si sufrimos foliculitis con frecuencia y los pelos enquistados son una constante, es una opción mejor. Además, en lo posible deberíamos evitar los materiales sintéticos en la ropa. Es muy habitual que retengan la humedad y empeoren la irritación en las zonas donde el pelo ha quedado enroscado bajo la piel.
Si has seguido estos consejos, y aun así los pelos enquistados persisten o notas que empeoran y tu piel sufre demasiado, es recomendable buscar la orientación de un dermatólogo. Será momento de evaluar tu tipo de piel y encontrar algún tratamiento específico que tenga en cuenta tus circunstancias y tus necesidades.