Hasta hace bien poco no era posible que nuestros amigos perrunos nos acompañaran en los viajes en transporte público. Sin embargo, con la reciente ley de bienestar animal, ya sí que podemos recorrer nuestra ciudad junto a nuestro compañero peludo inseparable.
La directriz general a seguir en estos casos queda reflejada en el artículo 29, punto 1 de dicha ley, que determina lo siguiente: “Los transportes públicos y privados facilitarán la entrada de animales de compañía que no constituyan un riesgo para las personas, otros animales y las cosas, sin perjuicio de lo dispuesto en la normativa sobre salud pública, en las ordenanzas municipales o normativa específica.”
Por tanto queda abierta la veda para viajar con un perro en transporte público. Se trata de una experiencia que puede ser de lo más gratificante tanto para nosotros como para nuestra mascota, pero requiere de cierta planificación y el conocimiento de determinadas normas y protocolos que debemos seguir, ya que las normativas sobre salud pública y ordenanzas municipales son las que dictan sentencia definitiva.
Aquí te ofrecemos una guía para viajar con seguridad y comodidad con tu perro en diferentes tipos de transporte público.
Antes de salir de casa, es importante tener todos los documentos necesarios para nuestro perro, como su cartilla de vacunación y sus certificados de identificación. También es reseñable que es necesario que nuestra mascota tenga un seguro de responsabilidad civil para perros. Además, como viene siendo lógico, es esperable que nuestra querida mascota esté en buenas condiciones de salud y además bien adiestrada para evitar posibles problemas de comportamiento o higiene durante el viaje.
El siguiente paso antes de salir sería verificar las condiciones de cada tipo de transporte para mascotas. Por ejemplo, en el caso de Madrid, en el Metro es necesario que lleve bozal y correa corta, que vaya en el último vagón, y nunca en horas de máxima afluencia, salvo fines de semana. En Cercanías también puede viajar nuestro compañero peludo, con condiciones similares a las del metro, y para viajar en Renfe, habría que consultar, ya que depende de las líneas y hay condiciones más específicas. En autobús no podrían viajar salvo que sean perros de asistencia o seguridad.
Si hablamos de Barcelona las condiciones son muy similares en cuanto al metro, pero en autobús solo pueden viajar perros de asistencia y de seguridad, salvo aquellos que viajen en trasportín. Los viajes en tren son gratuitos para los animales domésticos en cercanías, y en trenes regionales deben pagar el 25% del precio del billete.
Finalmente es bueno añadir a la lista una correa fuerte de menos de 50 centímetros, un bozal, el collar con identificación, agua y alimentos, una manta para proteger del frío o la lluvia y bolsas para recoger desechos caninos.
Evita que el perro ocupe un asiento y, si es pequeño, permítele sentarse en tu regazo. En el caso de perros más grandes, mantenlos entre tus piernas para dejar espacio libre. Otra recomendación es ser consciente de las personas a nuestro alrededor. Algunas pueden ser alérgicas o no gustarles los perros, por lo que es importante que nuestra mascota respete los límites y no invada el espacio de otros.
Además, ten en cuenta que viajar puede causar ansiedad en los perros. Hay que dirigirse con calma a nuestra mascota y llevar sus juguetes favoritos u otros objetos de confort para hacer que se sientan más a gusto. También es buena idea premiar el buen comportamiento del perro con golosinas para incentivar su conducta y proporcionarle algo de confort durante el viaje.
Viajar con nuestro perro en transporte público puede ser una experiencia positiva si se siguen las pautas adecuadas. La preparación y el conocimiento de las normas, junto con el cuidado y la consideración hacia la mascota y al resto de pasajeros, son fundamentales para garantizar un viaje seguro y agradable. Con estos consejos, tanto nosotros como nuestro perro pueden disfrutar de los beneficios de viajar juntos en transporte público.