La histamina es un tipo de neurotransmisor, una sustancia química presente en algunas células del organismo y que el sistema inmune libera al torrente sanguíneo durante las reacciones alérgicas, cuando el cuerpo entra en contacto con una sustancia que considera nociva, aunque no lo sea.
Las histaminas provocan muchos de los síntomas de las alergias, actuando en los ojos, la nariz, la garganta, los pulmones, la piel o el tracto gastrointestinal. Un exceso de histamina puede causar molestias digestivas, cefaleas, dolores en huesos y articulaciones, problemas en la piel, alteraciones del ritmo cardiaco y otros tipos de malestar.
Mantener la correcta cantidad de histaminas en el cuerpo es muy importante, porque aunque habitualmente conozcamos las consecuencias de tenerla muy alta, con dolencias como las que acabamos de ver, un defecto tampoco es bueno, aunque lo más frecuente es que se produzca un exceso, habitualmente porque la consumimos en nuestra dieta.
La histamina cumple con algunas funciones básicas en el cuerpo y no siempre es mala, solo si hay un exceso o una intolerancia. No se puede detectar antes de que se produzca, pero el tratamiento suele estar relacionado con cambios en la dieta, evitando los alimentos que más contienen. No siempre es sencillo saber cuánto contienen, es complicado en alimentos preparados o cuando acudimos a restaurantes, pero no está de más conocer cuáles son los alimentos más ricos en histaminas que tenemos en casa.
Encontramos alimentos altos en histaminas en casi todos los grupos, como por ejemplo, entre los derivados lácteos. Destacan la leche pasteurizada y cruda, el yogur y algunos quesos, como el azul, el roquefort o el emmental. También las encontramos en carnes como los embutidos, las salchichas o el jamón, tanto cocido como curado.
Entre los pescados, los que están en conservas como las anchoas contienen más histaminas, aunque el marisco es famoso por sus altos niveles. Del mismo modo, lo hallamos en el pescado azul y algunos pescados blancos congelados.
En legumbres como las lentejas o los garbanzos, pero son también altos los niveles en algunas verduras, como las setas y los champiñones, las berenjenas y los tomates, las acelgas, aguacates, espinacas, calabaza y la col fermentada, tipo chucrut.
Quienes tienen altos los niveles de histamina no conviene que abusen del vino, la cerveza o el champán, será buena idea evitar salsas preparadas con huevo crudo y otras como el kétchup, deberían evitar los colorantes y conservantes, especias como la canela y dulces industriales, así como el chocolate.
En general, se considera que los precocinados son los alimentos con más histaminas, por lo que se recomienda optar por productos frescos, como cereales, patatas, hortalizas o la mayoría de frutas, salvo ejemplos concretos, como en el caso de la fresa que favorece la producción de histaminas.
En cualquier caso, es importante mantenerse muy bien hidratado y apostar por algunos nutrientes que ayudan a bajar los niveles de histaminas -si es eso lo que se quiere conseguir tras haber consultado con un médico-, como la vitamina C o la B6.