Cómo arrancar el coche con la batería descargada y no tener que llamar a la grúa
Una batería descargada puede ponernos las cosas difíciles
Por suerte, es fácil solucionar el imprevisto siguiendo uno de estos métodos: juego de pinzas o una 'powerbank'
Cinco recomendaciones para que tu coche no te deje tirado con el frío
Un coche puede dejarnos tirados por muchos motivos. No es culpa de nadie que esto suceda. Los accidentes imprevistos ocurren de vez en cuando. También las averías tontas o los errores de novato, que nadie se libra de cometer alguna vez en la vida (¿verdad que pensaste en apagar todas las luces y luego se te pasó?). Entre estas situaciones, no poder arrancar nuestro vehículo porque la batería se ha descargado es una de las más molestas.
Cualquier conductor medianamente experto sabe que ninguna batería dura eternamente. A más rodaje por carretera y más años, más fácilmente puede fallar o ir degradando su capacidad de llevar electricidad al motor y a los componentes electrónicos del vehículo. A medida que la batería agota su vida útil, que puede ir de los 3 a los 10 años, es más fácil que falle o que algún elemento externo (una noche más fría de lo normal) la inutilice.
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Hoy te explicamos tres formas de arrancar el coche cuando se ha descargado la batería ¡y sin tener que llamar a la grúa!
Con pinzas
Por suerte, esta herramienta no es especialmente cara y puede sacarnos del apuro si tenemos la suerte de llevar unas preparadas en el maletero. Ese ‘por lo que pueda pasar’ le ha salvado a tantos y tantos conductores que resulta una obviedad subrayar su importancia. Guarda siempre que puedas unas en tu coche. A futuro, lo agradecerás.
El precio de un juego de pinzas suele estar entre los 20 y los 30 euros. Necesitarás un vehículo de apoyo o ‘donante’, como se le llama en carretera. Tendrá que colocarse cerca de tu vehículo para conducir la electricidad desde su motor hasta el suyo.
Después, basta con conectar las pinzas a los bornes del otro coche en el orden correcto. Rojo, para los bornes positivos de cada batería, tanto la cargada como la descargada. El cable negro siempre va conectado al borne negativo. Procura hacer la operación con guantes, y ten mucho cuidado para que las pinzas no contacten entre sí.
Todavía debe quedarte una pinza libre, la de seguridad. Puedes conectarla en algún punto del bastidor, del chasis o del motor del coche que se ha quedado sin batería.
Pide al otro conductor que arranque el motor de su coche, y trata de arrancar. Pasados unos minutos, desconectad las pinzas. La batería de tu coche debería haberse cargado parcialmente.
Los expertos de Diario Motor advierten de que este método no es adecuado para coches modernos y de última generación. “Los picos de tensión que se producen usando pinzas de arranque pueden jugarle una mala pasada a la electrónica de un coche moderno -especialmente a algunos sensores, al control de estabilidad o a su sistema eléctrico”.
Arrancador portátil
Tal y como sucede con los móviles, los coches también cuentan con baterías portátiles llamadas power bank. Tener uno de estos cacharros ‘por si las moscas’ es otra de las maneras de poner en marcha un motor cuya batería se ha quedado sin fuelle. La mejor opción, según muchos expertos. Más segura y fiable.
Este aparato hace las veces de coche donante en formato pequeño. Cada batería cuenta con dos pinzas. Las conectaremos al coche descargado, encendemos la batería y, por último, arrancaremos el motor.
Empuja
¿Qué ocurre si somos de esos que no tienen pinzas y ruedas de repuesto en el maletero? Tocará usar el segundo método, el empujón, que también suele funcionar y sacarnos del apuro. En este caso, es recomendable contar con un copiloto que pueda ayudarnos, puesto que mover un coche grande puede ser un auténtico reto para una sola persona.
El segundo punto importante: trata de encontrar una pendiente cuesta abajo. Primero, pisa el embrague y engrana la segunda marcha. No levantes el pie. El coche irá cogiendo velocidad y la transmisión moverá el motor hasta el punto óptimo para arrancarlo. En el momento que oigas el clásico carraspeo del arranque, desembraga y acelera para dar un golpe de gas.