Para muchos de los habitantes de las grandes ciudades, cada vez es más habitual tirar de alquiler de coche para cuando se necesita viajar entre municipios. Al final el aparcamiento en urbes masificadas puede suponer un problema, y un coste, que así se convierte en un ahorro. También hay quien alquila furgonetas para realizar mudanzas y, por supuesto, están los alquileres de coche también son básicos para todos aquellos conductores que cambian de localidad, o de país, por vacaciones. Para todos ellos es importante conocer sus derechos y obligaciones a la hora de alquilar un vehículo.
Y es que las compañías de alquiler establecen diferentes cláusulas que pueden suponer un coste importante para quien alquila. Una de las más importantes es la referida a los daños ocasionados en el vehículo, ya que de estos depende que recuperemos el depósito que casi todas las empresas nos obligan a dejar, salvo que paguemos un extra por el seguro a todo riesgo. Las cantidades que se piden como depósito varían de un par de cientos de euros, hasta más allá de los 1200 euros, aunque el alquiler tenga un coste menor al 10% de ese exagerado depósito.
Además, si se registran nuevos daños, hay compañías de alquiler no se cortan en retener una parte mucho mayor del coste de reparación, aduciendo a los perjuicios de tener el coche retirado de circulación mientras se arregla, entre otros aspectos. Por otra parte, se ha reportado de cobros fantasma por parte de ciertas compañías de alquiler de vehículos, aduciendo a daños en los coches que no estaban registrados por ellos, pero que los clientes no reconocen como suyos.
Por tanto, es clave saber cómo demostrar que los daños de un coche que hemos alquilado no los hemos producido nosotros.
Cuando acudimos a una compañía de alquiler, se nos dará una hoja con los daños que el vehículo reporta antes de que cojamos el propio coche, así como los criterios para considerar un daño como reportable o no. Con esta hoja, y antes de iniciar la conducción del vehículo, debemos revisar minuciosamente la carrocería y el exterior del vehículo, tomando tantas fotos como consideremos oportuno para reportar el estado del vehículo. Estas imágenes tomadas con nuestro teléfono móvil incluyen en sus metadatos la hora y el lugar en que se tomaron, por lo que son pruebas vinculantes para demostrar un daño preexistente en el caso de que fuera necesario.
El siguiente paso sería comunicar los daños a la empresa de alquiler antes de iniciar la conducción, para que se modifique el contrato y no afecte al depósito que hemos dejado. Es cierto que, en este punto, hay compañías que toman nota directa, y otras que se limitan pedirnos que saquemos fotos, que ellos considerarán pruebas fehacientes del daño preexistente.
En todos los casos, es también pertinente que prestemos atención a estos desperfectos durante la devolución del vehículo, recordando al personal que lo revise sobre estos daños. Además se emitirá un informe sobre el estado general del coche en este punto, debiendo remitirnos una copia que puede también servirnos como prueba en caso de que se reclamen daños posteriores.
Si durante nuestro alquiler el coche sufre algún tipo de desperfecto, lo que debemos hacer es solicitar la matriz de daños o la estimación de coste de las reparaciones, y comparar esto con el precio que nos han cobrado por dicho gasto. Asimismo, esta cantidad también depende de lo que se nos haya retenido como franquicia, que depende del criterio de la propia compañía a partir de 200€, y del tipo de seguro que hayamos contratado, ya que cada uno tiene una cobertura diferente.