Si esta pregunta se hubiera hecho hace tres décadas, probablemente la respuesta hubiera sido que la luz azul o luz HEV es inocua. La razón es que la emite el sol durante el día y no resulta peligrosa si la comparamos con los rayos ultravioletas, los cuales son más dañinos y pueden dañar la piel si no utilizamos la protección solar adecuada.
Sin embargo, en estos últimos 30 años el uso de las pantallas se ha multiplicado. Ahora todos pasamos mucho tiempo frente al móvil, la tablet o el ordenador, dispositivos que se caracterizan por emitir luz azul de manera muy intensa. Esta realidad ha provocado que esa luz no solo perjudique a nuestra vista, sino que también afecte a la piel.
Tal y como exponía la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) antes de su 47 Congreso Nacional en 2019, esta luz “potencialmente, puede producir daños cutáneos por estrés oxidativo. Esto va a activar a los melanocitos para que incrementen la melanina cutánea. También se ha visto que afecta al estado hídrico de la piel y a la barrera cutánea porque la exposición a esta radiación altera la síntesis de algunas proteínas. Todo ello puede revertir en un mayor envejecimiento y en una mayor pigmentación”.
Por lo tanto, parece evidente que el excesivo uso de pantalla no le hace ningún favor a la salud de nuestra piel, que se puede ver afectada de muy diversas formas.
Sobre cómo afecta la luz azul se pronuncian en la empresa Cantabria Labs, que destaca los siguientes efectos nocivos:
Los anteriores solo son algunos de los efectos perniciosos de la luz azul sobre la piel, los cuales no afectan a todos por igual. Hay personas más proclives a sufrir las consecuencias de un uso continuado de las pantallas con luz azul. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, las personas que pueden tener más riesgo “serán aquellas con un fototipo alto, ya que sus células tienden a producir más melanina, las mujeres embarazadas y las personas que se someten a peeling o procedimientos de resurfacing en la cara ya que su piel está más sensible durante un tiempo a la radiación luminosa”.
Por lo tanto, en todos estos casos lo más adecuado será disminuir el uso de pantallas o utilizarlas en los modos más amigables para los ojos y para la piel.