A pesar de que nos acercamos a la primavera y de que el conocido como invierno meteorológico ha finalizado esta semana, las bajas temperaturas, las lluvias y la elevada humedad, que por cierto facilita la aparición en casa de insectos como los pececillos de plata, siguen todavía muy presentes durante estos días.
Uno de los grandes inconvenientes en el hogar que nos encontramos estos meses de invierno es cómo secar la ropa ya que en muchas ocasiones no se puede sacar al exterior y, lo que en verano es cuestión de una hora o poco más, ahora se convierte en una auténtica odisea. Todo sea dicho de paso, existe un botón en la lavadora que puede que no conocieses y que deja el electrodoméstico como nuevo.
A continuación, detallaremos una serie de consejos que pueden ayudar a la hora de secar la ropa en estos meses sin emplear tanto tiempo. Se trata de apurar la imaginación para disponer de las prendas que urgen a la mayor brevedad posible.
No sobrecargues la lavadora y apura la centrifugadora. Si llenamos algo menos la lavadora, la ropa no solo saldrá más limpia, sino también menos mojada y, por ello, se secará más rápido.
Además, tenemos un buen aliado en los programas de centrifugado, ya que expulsan una gran cantidad de agua dejando solo la que queda insertada entre el tejido. Si el objetivo es tener las prendas secas lo antes posible, sin reparar en las arrugas, un centrifugado largo ayudará a reducir tiempos de secado.
Emplea el tendedero solo para prendas pequeñas. El tendedero está muy bien para las prendas íntimas y delicadas y para camisetas, pañuelos y otros tejidos ligeros. Ahora bien, lo ideal es colocarlas sobre la superficie si queremos un secado rápido, para que el aire caliente que asciende del suelo pase por ellas. Si colocamos las prendas dobladas reducimos mucha superficie de evaporación y ralentizaremos el secado.
Por cierto, los tendederos portátiles y plegables, metálicos o de resina (que resisten más peso y son más estables), serán elementos claves. Elige tu tendedero con alas plegables, cuanto más grande mejor, para no acumular humedad y evitar los malos olores. También existen tendederos eléctricos, que incluyen cables calefactores. Son más costosos pero, lógicamente, la ropa queda seca antes.
Aprovecha las corrientes de aire. Si colocamos las prendas cerca de una ventana entreabierta, claro está, en caso de que las condiciones climáticas nos lo permitan, el aire seco de la habitación saldrá por la ventana pasando a través del tendedero y arrastrando la humedad de la ropa. Se trata también de sacar mayor provecho a la ventilación.
Utiliza perchas grandes para las prendas de mayor volumen. Si quieres secar unas camisas, unos pantalones o unas chaquetas, lo ideal es usar perchas grandes para poder extenderlo bien. Aumentarás la superficie de secado y, con la pequeña humedad residual que haya, evitarás la aparición de arrugas. No cabe duda que también nos ayudará a secar si colocamos las perchas en un lugar de paso de corriente o ante una ventana a la que dé el sol directo (siempre que no sea ropa de color).
Los radiadores, nuestros aliados. Coloca la ropa cerca, pero no encima. De este modo, te beneficiarás del aire caliente ascendente que genera el radiador sin cargarlo de humedad. Y esto sirve para todo tipo de prendas puesto que no hay nada más ineficiente para el secado de la ropa que taparla con un radiador.
El motivo es que cargamos el aire que sale del radiador de humedad, con lo que esta se transmite a toda la casa y si bien la ropa recibe calor, la atmósfera general ralentizará el secado, sobre todo en climas donde la humedad en los hogares es muy alta a pesar del calor. También puede facilitarnos la labor utilizar un secador de pelo.
Emplea una toalla para las prendas de lana. Las prendas de lana, además de programas de lavado delicados y con poca centrifugación, requieren también un secado que no implique maltratarlas demasiado, ya que no se deben colgar mojadas en un perchero.
Es necesario escurrirlas para eliminar el máximo de humedad, y una buena manera puede ser utilizando una toalla bien seca para envolver la prenda y después retorcer, de modo que la toalla absorba inmediatamente el agua que libere la prenda, sin que esta vuelva al interior.
Usa el congelador. Puede parecer una locura, pero la verdad es que este truco funciona. El congelador es un medio para secar determinadas prendas y la forma es la siguiente: primero, colocamos la prenda dentro de una bolsa de plástico (las típicas de cierre hermético) y luego, la metemos al congelador durante un par de horas. Posteriormente, solo hay que sacarla de la bolsa y plancharla.