La cocina es uno de lugares de la casa donde más tiempo pasamos, y también uno de los más peligrosos, si no tomamos ciertas medidas. Estas son las cosas que nunca deberías hacer para evitar accidentes.
En una cocina hay productos químicos de limpieza, cuchillos, comidas que pueden volverse en nuestra contra si no las conservamos bien, suciedad y bacterias. Las cocinas son un lugar para la creación y el disfrute, sí, pero si pasas mucho tiempo en ella querrás tomar nota de una serie de precauciones para que siga siendo tu habitación preferida de la casa, especialmente si tienes hijos.
Las sartenes y ollas a menudo suelen tener teflón u otro recubrimiento y, a poco que se desgastan, pueden desprenderse trocitos de esta sustancia tóxica para la salud. Estudios demuestran que estos fragmentos pueden colarse en nuestros pulmones y causar síntomas como escalofríos y dolores musculares, conocidos como “fiebre de los polímeros”.
Dejar un rato la carne cruda afuera para que se descongele no tiene nada de malo, pero si nos pasamos de tiempo expuesta puede coger todo tipo de bacterias y gérmenes que harán que nos pongamos malos.
Es un error bastante frecuente. Queremos sacar la cena del horno y tenemos a mano el trapo que acabamos de usar para secarnos las manos que, claro, está mojado. Esto puede hacer que nos quememos las manos considerablemente.
El aceite puede dar mucho miedo cuando empieza a hervir a la hora de freír. Un truco para meter la comida en el aceite sin jugártela a quemarte es usar unas pinzas, de esta manera, además no te ensuciarás. Si lanzas la comida al aceite te salpicará, y puedes hacer que se mueva la sartén creando un caos.
Si vas a cocinar algo que acabas de sacar del congelador, probablemente tenga bloques de hielo, es decir, agua. La combinación de aceite caliente y agua puede arder rápidamente y quemarte la cocina.
El material de los utensilios es una cuestión de gustos, pero en general los metálicos rayan las sartenes y levantan pedacitos de teflón, por lo que es preferible usar los de plástico o madera en su lugar.
Usar la misma tabla para cortar la carne, pescado, pan, embutido, verduras y frutas puede hacer que se cree un mejunje de bacterias desagradable y se contamine tu comida.
El vapor caliente puede hacer que nos abrasemos la cara. La mayoría de las veces abrimos la tapa por el lado que mira hacia nosotros ya sea porque parece lo lógico o para oler el aroma de lo que estamos cocinando, pero lo correcto es hacerlo hacia el lado opuesto para evitar quemaduras.
La falta de espacio puede llevar a almacenar las patatas y productos como la pasta cerca de productos químicos de limpieza, un error que puede hacernos enfermar. Sustancias como los líquidos para limpiar el horno o los antibacterianos pueden ser tóxicos para la salud.
No coloques encima de la vitrocerámica nada que no sea la olla o la sartén que vas a usar para cocinar, especialmente trapos y envases de plástico. Pueden arder o fundirse.