La tecnología de blockchain, la misma que utilizan las famosas criptomonedas y los NFT, promete llegar muchos mas allá de las transacciones económicas cifradas y cambiar internet, tal y como lo conocemos ahora. Es la llamada Web 3.0, o Internet 3, y está mas cerca de lo que creemos.
Actualmente hablamos de Internet como la Web 2.0, un montón de contenidos a los que tenemos acceso a través de los navegadores de nuestros dispositivos y que incluyen información para consultar formada por textos, imágenes, vídeos, música y todo tipo aplicaciones y archivos multimedia, pero sobre todo interactivos y sociales y donde los usuarios pueden ser muy fácilmente creadores de contenidos. Este internet sustituyó hace años al original, la llamada Web 1.0, que básicamente estaba formada por texto e imágenes planos, sobre todo de consulta pero muy poco participativa.
A pesar de que la Web 2.0 permite la creación de contenido por cada internauta y la formación de enormes redes sociales con miles de usuarios a la vez, al final toda la información de cada aplicación o cada portal está alojada en un único sitio: en un servidor concreto. Es decir, cada vez que accedemos a una página web, a un contenido multimedia, a una aplicación online o a una red social, esto se ejecuta en un servidor centralizado, ubicado en 'la nube', y a su vez en algún lugar físico del planeta. La Web 3.0 viene a cambiar esto y para eso utilizará la tecnología blockchain (o de cadena de bloques).
La Web 3.0, por la que comienzan a abogar una buena parte de los gigantes tecnológicos que han construido la actual Internet, cambiará esta estructura: descentralizar la web para que funcione sobre blockchains (como las criptomonedas) potenciadas por redes P2P (peer-to-peer o red de pares, que son redes formadas por miles de ordenadores que actúan, al a vez, como clientes y servidores).
En la Web 3.0 funcionarán las denominadas 'DApps' (aplicaciones descentralizadas) que no se ejecutarán en un solo servidor, ni almacenarán toda su información en una sola base de datos. Por el contrario, utilizando la tecnología blockchain, se ejecutará, a la vez, en una enorme red P2P descentralizada, por lo que la información estará compartida y será verificada y, por lo tanto, cifrada, por miles de equipos repartidos por todo el mundo. Al igual que ocurre con las transacciones de las criptomonedas, la tecnología blockchain asegura la seguridad y la verificación del proceso.
Esta revolución, que no está cerca pero tampoco queda tan lejos, elimina intermediarios (como los bancos para las transacciones financieras de las criptomonedas) y le da todo el control de los procesos al usuario o a los grupos de usuarios. Además, según aseguran sus impulsores, la Web 3.0 asegurará a los usuarios el control total sobre su propiedad intelectual.