La erupción del volcán de Cumbre Vieja en la Palma sigue activa y, según los expertos, seguirá expulsando lava durante varias semanas (se espera que no mas allá de un mes). Las ocho coladas de lava, que se dirigen hacia el mar, han destruido ya más de 200 casas, carreteras, zonas de cultivo y todo tipo de infraestructuras y, una vez pase la erupción y se enfríe toda esa lava, la orografía de la isla habrá cambiado notablemente.
Desde el Instituto de Vulcanología de Canarias (Involcan) confirman que todo el material de la erupción irá transformando el terreno por donde se vaya depositando. Las coladas de lava aumentarán la altura del terreno, una altura que podría alcanzar hasta los siete u ocho metros. Además, los barrancos por donde se precipitan las coladas de lava quedarán cubiertos por esta y se creará una nueva orografía de la isla.
Una vez que todas las coladas de lava y los piroclastos se enfríen, el terreno será muy irregular y la acción de la meteorología lo podrá variar dependiendo de cómo actúe en cada lugar. En todo caso, en un principio se tratará de suelo completamente yermo, aunque la roca y las cenizas irán transformándolo en suelo fértil en algunos puntos, pero transcurridos varios años. La vegetación puede tardar incluso décadas en volver a ocupar este suelo.
Otro importante cambio será el probable incremento de la superficie de la isla, cuando la lava comience a precipitarse al océano y se solidifique en contacto con el agua del mar. La lava formará una nueva plataforma costera que ganará terreno al océano. Este fenómeno ya se produjo en la erupción que se produjo la isla hace ahora 50 años y también se pudo observar en la erupción submarina de El Hierro de la pasada década.
El Gobierno de Canarias está trabajado ya en un borrador de decreto ley para poder recalificar los terrenos necesarios y resituar "con urgencia e inmediatez" las casas o instalaciones que se han visto afectadas por la erupción volcánica iniciada en el día de ayer en la isla de La Palma. Así lo ha anunciado en rueda de prensa el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, tras una reunión técnica del Comité Director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca).
En su intervención, Ángel Víctor Torres ha dicho que lo más importante en estos momentos es "cuidar la seguridad" y que se arbitren "todos los mecanismos y las ayudas" por parte de las administraciones públicas. Por ello, desde el Gobierno canario ya se está trabajando, "con urgencia", en dicho borrador de decreto ley porque "va a haber daños importantes en las viviendas y en las propiedades de los vecinos, que se han visto afectados por la llegada de las coladas".
Se trata, han explicado desde el Ejecutivo, de encontrar terrenos seguros cercanos a las viviendas, empresas o fincas afectadas por la lava y donde el espacio permita ofrecer una superficie similar a la perdida como consecuencia de este fenómeno.
El experto vulcanólogo del Ilustre Colegio de Geólogos (ICOG), José Luis Barrera, descarta la posibilidad de que se vaya a producir un tsunami si la lava llega al mar porque el volumen de lava "no es excesivo", son erupciones estrombolianas, "pequeñas" que, "como mucho" pueden matar algún pez, pero no provocarán un tsunami. "No tiene volumen suficiente para crear una ola. No es una ladera que se rompe. Esto no es Indonesia", compara Barrera, que opina que apuntar a que vaya a producirse un tsunami es "sensacionalista" pero que probablemente no va a ocurrir.
Lo que sí puede ocurrir es que, como ya ha sucedido en el pasado, es que la isla gane superficie si la lava llega al mar. En cuanto a la evolución de la actividad sísmica, expone que esto dependerá de cómo se mueva el magma a través de las actuales ocho bocas, ya que si sigue pulsando seguirán los terremotos y si no, irá aminorándose.