La capa de suelo permanentemente congelado está dejando de estarlo. Esto, además de suponer una liberación de dióxido de carbono colosal, como avisó hace poco nuestra Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), libera patógenos enterrados en el hielo. Ya en 2017, las autoridades del autónomo Okrug, en Yamal-Nenets, una región ártica al norte de Rusia, vacunaron a más de 800.000 renos contra el ántrax, una enfermedad causada por un microbio más habitual de lo que pensamos entre los animales. Este año la idea es seguir con la campaña de vacunación, para lo cual se han comprado más de un millón de dosis.
El permafrost que sobrevive en las regiones más frías del planeta es un almacén de microbios. Entre ellos, el del ántrax, el Bacillus anthracis. En 2016, un niño falleció y un centenar de personas se infectó en este distrito de Siberia que se encuentra a unos 2.000 km al noreste de Moscú. ¿Cómo se contagiaron? Todo parece indicar que consumieron la carne de ganado contagiado. Para evitar más muertes, se sacrificó a miles de renos como medida preventiva.
A partir de entonces se decidió que cada año se llevaría a cabo un programa masivo para vacunar renos en estas zonas contra el ántrax. Este año, 220.000 ya han sido inoculados entre febrero y abril, y la segunda tanda de dosis se suministrará a otros 550.000 “después de la finalización del parto”, ha dicho el gobierno autónomo de Yamal-Nenets Okrug.
Pero además de eso, el ganado será marcado con etiquetas electrónicas para “prevenir la propagación de enfermedades infecciosas entre animales e identificar rápidamente sus fuentes y rutas de distribución”, según las palabras que el gobierno publica de Yevgeny Popov, jefe del servicio veterinario de la región. Para ello, solo será necesaria la autorización de los pastores que cuidan de estos renos.
Los ‘nenets’ del norte de Rusia son conocidos como los cowboys siberianos. Son nómadas, con un estilo de vida indígena que depende en buena parte de los renos. Tiran de sus trineos –recorren unos 1.000 kilómetros cada año–, su piel sirve para fabricar tejidos –como arneses para otros renos– y su carne es parte de la dieta habitual.
La región donde viven, también llamada Yamalia, es de las zonas habitadas más frías de la Tierra. La residen principalmente rusos, aunque también otras 7 etnias. Entre ellas, los ‘nenets’, que representan poco más del 5% de la población.
A pesar de que la temperatura llega a alcanzar los -50ºC en invierno en esta zona del Ártico, lo cierto es que este año las olas de calor se suceden en Siberia y el hielo se está reduciendo a un ritmo vertiginoso.