Vivir en comunidad tiene sus pros y sus contras, y es casi inevitable que existan desacuerdos y pequeños (o grandes) problemas de convivencia. Cuanto más estrecha sea la relación entre nosotros, más probabilidades existen de que surjan rencillas. Por eso las comunidades de vecinos no se libran de esta tendencia y, fruto de esta realidad, existen determinadas herramientas legales para poner solución a estos desencuentros. ¿Cómo se tramita una queja en una comunidad de vecinos?
Las actividades molestas de otros vecinos, el ruido, las mascotas que alteran el descanso, las fiestas, los alquileres vacacionales, la suciedad en zonas comunes, la falta de respeto de las normas de la comunidad... Hay infinidad de motivos por los que un vecino dentro de una comunidad de propietarios puede querer presentar una queja y normalmente cuando se llega a este punto es porque ya se ha tratado de solucionar el problema de forma amistosa.
Al menos, así debería ser: casi siempre es más eficaz solucionar las rencillas de forma directa, sin formalidades, aunque en determinados casos no queda más remedio que emprender acciones más complejas e incluso con repercusiones legales.
En estos casos, hay que acudir al Código Civil para encontrar la forma de actuar. En concreto, tal y como recuerda Vecindia, la normativa que se aplica en el caso de actividades molestas de un vecino la encontramos en los artículos 590, 1902 y 1908 de esta ley, donde aparecen las acciones en contextos de relaciones vecinales. También podemos acudir a la Ley sobre propiedad horizontal
En este contexto se mueve la carta de queja en la comunidad de vecinos, un documento que sirve para presentar formalmente nuestra disconformidad con la forma de actuar de algún vecino, que siempre debe redactarse con ánimo conciliador, buscando la solución al conflicto. Este tipo de carta puede usarse bien para enviarse al vecino cuando no podamos hablar con él cara a cara, bien para comunicarle esta circunstancia al presidente de la comunidad de propietarios y/o al administrador, o ambas cosas.
Es importante que este documento sea educado, amistoso y positivo, pero también conciso y claro con respecto al motivo de la queja y la solución necesaria, que debe buscar el acercamiento de posturas. Se trata de demostrar buena voluntad y de evitar que el conflicto se enquiste y aumente, lo que a la larga solo alejará posturas y reducirá la probabilidad de conseguir tu objetivo.
Además, este documento debe contener cierta información concreta: datos de identificación del vecino o los vecinos afectados o también puede aparecer la comunidad de propietarios, datos de identificación del vecino o vecinos causantes de las molestias y descripción de las actividades molestas (de la forma más concreta posible, haciendo constar si existe alguna queja previa de nuestra parte). Por último, la carta deberá ir firmada por el vecino afectado y lo habitual es que se traspase al presidente de la comunidad para que éste la haga llegar al vecino molesto a través de un burofax, con certificación de contenido y acuse de recibo.
Se trata de que quede constancia de la queja y de que el vecino es consciente de ella. Si su actividad no cesa, llegará el momento de iniciar acciones legales, que dependerán de la naturaleza de las molestias que esté causando. Para ello, ponte en contacto con un abogado que te informe sobre qué pasos dar.