Como sabrás, el verano en la ciudad no es que sea caluroso, es lo siguiente. El efecto llamado isla de calor que se genera en nuestras zonas urbanas procede de las luces, los coches, el asfalto… Una serie de condiciones que disparan la temperatura en comparación con áreas rurales. Una solución que propone un grupo de investigadores es la de pintar los tejados de blanco. Te suena haberlos visto en Santorini o en nuestra Cádiz, ¿verdad? Pues además de quedar bien estéticamente tiene mucho sentido.
Quizá te suene un efecto llamado albedo. Es como nombramos al ‘rebote’ de los rayos solares en superficies reflectantes como la nieve y el hielo. Por eso es tan importante que los polos de la Tierra no se calienten: necesitamos que sigan reflejando las ondas solares. El Sol en sí emite 8.700 veces más energía a nuestro planeta de la que necesitamos, de las cuales alrededor de un tercio son devueltas al espacio, como recoge el libro ‘123 curiosidades del clima’ de Mathilda Masters.
Las superficies oscuras, en cambio, no tienen esa capacidad de devolver el calor que emite el sol, sino que atrapan la energía. Es por esto que varias investigaciones han propuesto esta idea de los tejados blancos en las ciudades como solución a la isla de calor en las ciudades. No ‘mataría’ el calor, pero sí lo reduciría mucho, opinan. Incluso un estudio de hace unos años estableció que podría disminuir en un tercio.
El caso más significativo de una ciudad que lo haya aplicado es el de Nueva York. Entre 2009 y 2018 se pintaron más de 130.000 kilómetros cuadrados de tejados. El programa NYC CoolRoofs se ha propuesto reducir las emisiones de carbono en un 80% para 2050, para lo cual otorga ayudas a los solicitantes con un proyecto, desde una vivienda hasta un colegio o un museo.