“Un océano de dolor” fueron las palabras que utilizaron los salvadores de Simba para describir su estado cuando le rescataron. Este cachorro de león fue hallado durante el confinamiento en el pueblo de Izerbash, en el sur de Rusia. Le habían roto las piernas y sufría heridas en la columna vertebral. Todo, para evitar que se escapara y que los turistas pudieran sacarse fotos con él. Pero esta historia tiene un final feliz. Las personas que le encontraron le han curado y mimado en los últimos 3 meses, y han conseguido que Simba cumpla su primer año con un aspecto muy mejorado.
Hace 12 semanas, el veterinario Karen Dallakyan y sus compañeros encontraron a Simba con el siguiente aspecto:
“Otra víctima”, comentaba este doctor en la primera foto que subió del cachorro. El uso de animales salvajes para sacar dinero del turismo es frecuente en muchísimos países, aunque en esta ocasión la noticia ha enfurecido incluso a Vladimir Putin, que ha pedido que se investigue.
Por suerte, Simba hoy en día tiene un aspecto muy diferente al de hace tres meses. Confía en los humanos, camina y juega. El 15 de junio cumplió un año de vida en el centro de recuperación de vida silvestre de la organización ‘Save Me’, en Chelyabinsk. Una de sus cuidadoras, Kristina Vysotskaya, informó a través de Facebook de que todavía hay que estar muy pendiente de Simba, pero por suerte se recupera muy favorablemente y en un futuro quizá pueda ser transferido a un santuario de África.