Las secuoyas milenarias, el árbol más distintivo de California (EE.UU.), se están sobreponiendo a los gigantescos incendios que avanzan estos días en el estado, y pese a la devastación ocurrida a su alrededor, la mayor parte de los ejemplares al sur de San Francisco siguen en pie.
De entre las decenas de incendios iniciados la semana pasada a lo largo y ancho del estado tras una tormenta eléctrica en la que cayeron miles de rayos, uno de los más agresivos y que más preocupa es el declarado entre Pescadero y Santa Cruz, una zona turística de costa y muy poblada, que además concentra un gran número de secuoyas.
Según pudo comprobar EFE este martes, los ejemplares de secuoya roja californiana en parques afectados por el fuego como Big Basin Redwoods State Park -el parque estatal más antiguo de California- y el Portola Redwoods State Park habían logrado esquivar las llamas, aunque se encontraban rodeados de un intensísimo humo.
"Por supuesto que la prioridad son las personas, sus hogares y sus negocios, pero no te voy a engañar: si se queman las secuoyas, yo estaré triste, muy triste", dijo a EFE Michael Sayen, un conductor de ambulancia que hacía guardia en la estación de bomberos de Pescadero.
Tras una buena jornada el lunes en que la alta humedad y un viento más suave de lo habitual en la zona permitieron a los bomberos lograr importantes avances, este martes las condiciones meteorológicas se repitieron y el incendio ya está contenido en un 17 %, aunque las autoridades no bajan la guardia a causa de su proximidad a zonas urbanas.
En el flanco sur, la ciudad de Santa Cruz y su universidad, por la que se temía hace sólo unos días, están ya fuera de peligro, mientras que en el flanco norte, el pueblo de Pescadero, que también había sido una de las principales preocupaciones de los bomberos, parece haberse librado de la amenaza de las llamas definitivamente.
"Hemos visto progresos significativos en nuestra lucha contra el fuego. El tiempo ha cooperado mucho con nosotros, estamos empezando a recibir ayudas y las estamos aprovechando", dijo en una rueda de prensa el jefe de operaciones del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios del estado (CalFire), Mark Brunton.
En total, el incendio entre Pescadero y Santa Cruz ha calcinado 31.565 hectáreas, ha dañado o destruido 300 edificios, entre ellos casas, y se ha cobrado la vida de un hombre de 73 años mientras trataba de huir de las llamas.
Además, 77.000 personas permanecen evacuadas entre los condados de Santa Cruz y San Mateo que, sumadas a las del resto de incendios, hacen ascender el total de personas desalojadas en el estado a unas 200.000.
Por su parte, la oficina del sheriff del condado de Santa Cruz informó este martes de que siete personas siguen desaparecidas en el área, aunque ello no significa necesariamente que se encuentren en peligro, puesto que pueden pasar varios días hasta que se logra contactar con todos los residentes.
En paralelo al de Pescadero y Santa Cruz, los bomberos también lograron importantes avances en los otros dos mayores fuegos que queman en California: el de la zona vinícola de Napa, que ya está contenido en un 27 %, y el declarado en una zona montañosa cerca de San José, contenido en un 15 %.
Durante la tormenta eléctrica de mediados de agosto en el estado cayeron más de 10.800 rayos, pero apenas lluvia, y se calcula que estos fueron responsables de iniciar más de 360 incendios.
Ante esta situación, el gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia.
Los incendios, que están liberando una enorme cantidad de humo al aire, se registran mientras el estado lidia con un aumento en los casos de coronavirus, lo que genera temores sobre la seguridad de los bomberos y de quienes se ven obligados a desalojar sus hogares.
Además, el hecho de que haya tantos fuegos activos a la vez hace que los cuerpos de bomberos locales no puedan recurrir a la ayuda de sus colegas de otras poblaciones y condados, como es habitual.