Supervivencia a toda costa: el sapo que se hace pasar por víbora para evitar que le coman

  • El sapo incluso imita el sonido siseante de la víbora para ahuyentar a los depredadores

Sabemos que las serpientes se pueden camuflar, al igual que lo hacen los lagartos e insectos como el bicho palo o el bicho hoja. Sin embargo, lo que desconocíamos hasta ahora era que un sapo pudiera hacerse pasar por víbora, una genialidad para ahuyentar a sus depredadores. La revista 'Journal of Natural History' ha publicado este curioso descubrimiento en las selvas africanas de un grupo de investigadores de la Universidad de Texas (EEUU). Pero, ¿cómo han llegado a esta conclusión?

¿Cómo puede un sapo pasar por víbora?

El sapo gigante congoleño ('sclerophrys channingi') ha resultado ser un maestro del escondite. Entre la frondosidad de las selvas de África central, este anfibio suplanta la identidad de la víbora del Gabón, la serpiente con los colmillos más largos del mundo y con el veneno más efectivo.

La morfología alargada de una poco tiene que ver con el cuerpo redondeado del otro, pero parece ser que los colores y un ligero parecido de forma son suficientes para la hazaña. Como se aprecia a continuación, el patrón de la cabeza de la víbora es similar al del cuerpo del sapo, además de unas 'marcas' marrones en la espalda del segundo que ayudan al parecido.

*Imagen: Comparación de distintos sapos con víboras que demuestra el parecido / Journal of Natural History

Quizá no sean idénticas, pero muchos depredadores no se acercan a comprobar si se trata realmente de un sapo o la serpiente más venenosa del mundo, por si acaso. De todas formas, si un animal se decide a dar caza al suplantador, este tendrá un plan B: con el tiempo, el sapo congoleño ha aprendido a emitir un siseo con la ayuda del aire muy parecido al que produce la víbora cuando saca la lengua.

Y la proeza no acaba ahí. Evidentemente, donde no hay víboras el sapo no podrá pasar por víbora, porque el resto de la fauna ni siquiera lo reconocería. Por eso, los investigadores aseguran que únicamente han ubicado a esta especie en las selvas donde también se puede encontrar a la serpiente letal a la que plagia.

Evolución a la par

Los datos genéticos y un largo análisis han llevado a los expertos a concluir que ambos evolucionaron allá por el Plioceno, hace más de 4 millones de años, al mismo tiempo y en el mismo lugar. A pesar de su tamaño, este sapo gigante es presa fácil para muchos depredadores, por lo que se deduce que esta capacidad deriva de una adaptación para la supervivencia en su hábitat. Además, respalda la teoría de la mimetización de los investigadores de la Universidad de Texas, que han pasado 10 años estudiando el comportamiento de esta especie.