El este de Rusia está en llamas. Más de un millón y medio de hectáreas se han calcinado en los incendios que afectan a Siberia, especialmente en la región de Yakutia, donde miles de vehículos de bomberos combaten por tierra y aire el fuego que avanza rápidamente.
El ejército ruso se enfrenta a más de 300 focos activos. El calor y la sequía han batido récords durante semanas, y varios explotaron en tamaño durante la última semana de junio, informa la NASA.
Según el ministerio de emergencias de Sakha (Yakutia), más de 250 incendios ardían en aproximadamente 5.720 kilómetros cuadrados de tierra el 5 de julio, un área aproximadamente el doble del tamaño de Luxemburgo. Si bien las autoridades regionales informan que extinguen docenas de incendios por día, consideran que la situación es "difícil" y probablemente lucharán contra grandes incendios durante semanas.
Un humo espeso y tóxico se propaga por la ciudad siberiana de Yakutsk, la ciudad más grande (población 312.000) en Sakha, y otros asentamientos en la región. El alcalde ha aconsejado a la población no salir de casa y cerrar las ventanas hasta que la situación mejore. Por su parte, el Kremlin atribuye los incendios al cambio climático.
Una situación extrema que no solo está afectando a Rusia estos días. En el norte de California y en Oregón, Estados Unidos, las llamas avanzan insaciables en medio de una ola de calor que parece no tener fin. Un área más grande que la ciudad de Los Ángeles ha sido arrasada por el fuego en el ‘Bootleg Fire’ de Oregón, donde las temperaturas son hasta 10 grados más altas de lo habitual para estas fechas.