¿Te imaginas tener un robot autónomo por compañero de laboratorio? Aunque no da la misma conversación que un humano, tiene ventajas muy favorables, como el hecho de que no necesite hacer descansos, ir al baño, dormir… Lo único que necesita es cargarse de vez en cuando. En la Universidad de Liverpool ya tienen el suyo, y está resultando ser bastante inteligente. La ciencia ha dejado de ser solo cosa de humanos.
La ha presentado la revista especializada Nature, aunque como decimos en el Departamento de Química y Fábrica de Innovación de Materiales de la Universidad de Liverpool el robot ya va de acá para allá haciendo experimentos en el laboratorio.
Mide alrededor de 1,75 metros de altura, es capaz de detectar y evitar los obstáculos y es autónomo. Incluso puede decidir por sí mismo qué pruebas realizar a continuación basándose en resultados anteriores. Es decir, cualquier día leeremos la noticia de un descubrimiento científico realizado por él, que aún no tiene nombre, por cierto. Pero lo mejor de todo es que puede funcionar durante 21,5 horas al día, siete días a la semana (deteniéndose solo para recargar la batería).
En un ensayo, publicado en Nature, el robot científico realizó 688 experimentos durante ocho días, trabajando en total 172 horas de las 192 horas que tienen esos ocho días. Sus tareas fueron desde pesar elementos, hasta líquidos, pasando por eliminar aire de los recipientes, ejecutar la reacción catalítica o cuantificar los productos de reacción.
Hay quien temería que esta tecnología sustituya a los humanos y destruya puestos de trabajo, pero ese no es el objetivo de su creación. Se ha fabricado para ayudar a los científicos en su investigación asumiendo tareas que requieren mucho tiempo para que puedan centrarse en la innovación. Además se dedica a abordar problemas complejos que requieren demasiado tiempo para que los humanos los exploren. Es decir no tiene que tachar tareas de su lista de quehaceres porque tiene casi las 24 horas del día.
El estudiante de doctorado Benjamin Burger, quien construyó y programó el robot, dijo que el mayor desafío era hacer que el sistema fuera robusto.
“Para trabajar de forma autónoma durante varios días, realizando miles de delicadas manipulaciones, la tasa de fallos de cada tarea debe ser muy baja. Pero una vez hecho esto, el robot comete muchos menos errores que un operador humano", le dijo a BBC News.