Tras la erupción del volcán en la isla de La Palma y más de una semana sufriendo su fuerte actividad, muchos canarios se preguntan por la posibilidad de que otros volcanes presentes en el archipiélago pudieran también entrar en erupción. Y muchos tinerfeños miran al volcán más alto de España, el Teide, con preocupación. ¿Hay algún riesgo real de que el Teide pueda reactivar su actividad volcánica?
Aunque el Teide es un volcán activo, como muchos otros volcanes de las islas Canarias, no tiene por qué verse afectado por la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma. Ni el Teide, ni ninguna otra estructura volcánica de la propia isla de La Palma, ni las que hay en las demás islas canarias tienen que ver con el proceso del volcán en la isla bonita. y es que, como recuerdan desde Involcan, "la mayoría de sistemas volcánicos son independientes, no están interconectados entre sí".
Una vez aclarado que la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, nada tiene que influir en la actividad del Teide, hay que dejar claro que el riesgo de erupción del volcán más importante de España siempre es una realidad. La última erupción de el Teide se produjo en 1798, hace ya más de dos siglos. Pero que haya estado dormido todo este tiempo no le resta riesgo. Un volcán activo puede despertar en cualquier momento, como lamentablemente nos está enseñando estos días el volcán en La Palma.
Dicen los vulcanólogos que la alerta sobre la actividad de un volcán activo debe permanecer hasta 10.000 años después de su última erupción conocida. Esta vigilancia, aunque nunca puede predecir con exactitud cuándo un volcán va a entrar en erupción, sí que puede interpretar distintas señales que permiten prever cuando se acerca una actividad volcánica compatible con una erupción. Como ha ocurrido en el caso de La Palma.
Según su actividad, el tamaño del volcán y la cantidad de población, pueblos, ciudades y actividad humana que se concentra en sus inmediaciones, se calcula el riesgo real que entraña un volcán. Y con esta forma de medir, la Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI) publicó en los años noventa una lista con los 16 volcanes más peligrosos de la Tierra. Entre ellos, el Teide ocupa un lugar entre los cuatro volcanes más peligrosos de Europa.
En esa lista de volcanes europeos, el Vesubio y el Etna, en Italia, están por delante de el Teide en peligrosidad. El primero despertó violentamente en el año 1979 y el Etna está protagonizando constantes erupciones en los últimos años (la última hace también una semana). El Teide ocupa la tercera posición y, tras él, la Caldera de Santorini, en Grecia, cuyo cráter se encuentra en su mayor parte sumergido bajo e mar.
El Teide es un volcán de dimensiones gigantescas. Sus 3.715 metros le hacen la cumbre más alta de nuestro país, pero también lo convierten en el pico más alto de cualquier tierra emergida del Atlántico. Pero para conocer verdaderamente su magnitud, tenemos que entender que se trata del tercer mayor volcán de la Tierra si lo medimos desde su lecho oceánico. En esto sólo le superan dos volcanes en Hawái. A esto se suma que más de 1 millón de habitantes pueblan sus laderas.