La tecnología sigue avanzando a pasos agigantados y si algo nos ha demostrado el universo de la innovación durante las últimas décadas es que los seres humanos somos capaces de integrar cada uno de sus avances con plena naturalidad. Pocos sospechaban hace 50 años que Internet se convertiría en una herramienta absolutamente imprescindible en nuestras vidas. Tampoco augurábamos que los smartphones se convertirían en una extensión de nuestras manos y en un elemento de consulta y conexión constante y permanente. El siguiente paso parece casi lógico, aunque a más de uno le aterre: la integración del universo de tareas que realiza un smartphone o un ordenador en nuestro propio cuerpo, comenzando por el lugar más importante, que no es otro que nuestra mirada. Estos días se habla sobre los pasos de Apple en su nuevo reto: ¿será posible grabar con la mirada próximamente?
No es difícil imaginar un escenario en el que cada cuál camine por las calles ensimismado en la lectura de un diario, la consulta de su correo electrónico, el visionado de una película... a través de unas sencillas gafas o incluso lentillas que nos ahorren el gesto de tener que elevar el brazo para acercar nuestro smartphone a la mirada. La tecnología se integra cada vez más en nuestra propia anatomía como paso final y definitivo hacia su absoluta naturalización. Puede parecernos bueno o malo, pero lo que resulta indudable es que ese es el camino que eligen transitar las grandes tecnológicas del Planeta.
Es el caso de Apple: desde hace mucho se comenta que la compañía trabaja en unas gafas que permitirían, además de ser utilizadas como pantalla para el uso de aplicaciones y servicios, grabar aquello que vemos de manera directa y sin tener que sacar nuestro smarthone del bolsillo.
En última instancia, se trata de avanzar hacia la computación invisible, hacia sistemas digitales perfectamente integrados, siempre presentes y fáciles de asumir como una extensión de nosotros mismo. Y es que hay algo de forzado en el hecho de teclear o de sujetar un aparato con las manos, o incluso portarlo en una mochila. En futuro aspira a hacer ‘desaparecer’ todo ello para integrarlo en nuestros cuerpos.
En concreto, las gafas en las que trabaja Apple permitirían grabar cualquier cosa que suceda ante ti sin tener que abrir ninguna aplicación. Esta tecnología, de hecho, ya está patentada, y tomará la forma de gafas inteligentes, que podrían ver la luz en 2025.
Unos sensores de seguimiento colocados en las propias gafas tendrán la capacidad de indicar el lugar al que se dirige la mirada, y la cámara se activará para grabar lo que estén mirando los ojos. Además, se incorporará un estabilizador de imagen que suavice el movimiento ocular para facilitar el visionado posterior. Toda esta información podrá almacenarse en nuestro teléfono, por lo que la posibilidad de grabar íntegramente lo que capta nuestra mirada y hacernos con una especie de ‘disco duro’ de nuestras vidas (como si de un capítulo de ‘Black Mirror’ se tratara) parece más factible que nunca.
La patente se ha hecho llamar 'Gaze-driven recording of video' —'grabación de video con la mirada’- y se suma a otras patentes destinadas a un fin similar ya registradas por la empresa, aunque habrá que esperar para saber si la compañía decide finalmente comercializar este tipo de producto, y si realmente se tratará de una tecnología que pueda llegar a implantarse.
No hay que olvidar que el caso de Google Glass ya desató importantes dudas acerca de las implicaciones legales de este tipo de aparato, y que este supuesto promete reabrir el debate: posibles accidentes por llevarlas puestas al conducir o al cruzar la calle, problemas de privacidad al poder grabar a otras personas sin su consentimiento... y un largo etcétera que promete extenderse hasta el infinito. Así, si este tipo de tecnología acaba viendo la luz, habrá que trabajar en nuevas normas, así como en nuevas herramientas educativas para impulsar un uso responsable.
Sea cual sea el resultado, el objetivo de Apple es claro: matar al iPhone. Este nuevo avance serviría para restar importancia a este dispositivo y avanzar hacia una integración más real e invisible del universo Apple en nuestras vidas.