Malas noticias: los mosquitos van a ser un auténtico incordio este verano… Y la culpa es del confinamiento. Hay uno en concreto, el tigre (Aedes albopictus), que preocupa además por doble motivo: es un invasor transmisor de enfermedades. Si bien suele aparecer por nuestro país en mayo desde que desembarcó en 2004, esta primavera se ha adelantado y, gracias a las lluvias, parece que no va a dejarnos tranquilos en una temporadita.
“Hemos estado dos meses y medio confinados, y los objetos en los jardines de nuestras segundas residencias como macetas, bebederos o juguetes se han podido encharcar con las lluvias“, nos recuerda Milagros Fernández de Lezeta, directora general de Anecpla (Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental). Esto es todo lo que necesita el mosquito tigre: acceso a agua.
Y no mucha, como otros mosquitos. Una pequeña acumulación en el tronco de un árbol le bastaría para poner sus huevos, incluso en invierno. De esta manera, puede ir reproduciéndose entre las sombras y, cuando llega el calor, las crías eclosionan. Cuantos más focos de humedad encuentran, más nidos se gestan.
Aunque muchos no lo hayan notado por el confinamiento, hemos tenido una primavera especialmente lluviosa, con un 37 % más de precipitación de lo normal (han caído 237 litros/m2 en el trimestre marzo-abril-mayo), según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Si a esto le sumamos abandono de segundas residencias, con el consecuente descuido de jardines y balcones, España ha sido un criadero de mosquito tigre durante dos meses y medio.
Actualmente el insecto asiático ya se ha hecho con la cuenca del Mediterráneo, siendo el foco más preocupante el de nuestro país. Mosquito Alert realiza el seguimiento gracias a la colaboración ciudadana, y este año ha detectado su presencia también en Madrid, en el País Vasco, La Rioja, Aragón y también en la parte occidental de Andalucía, así como Baleares, donde, eso sí, no existe la plaga de Ibiza que pregonaron algunos medios británicos hace un mes.
“Puede transmitir virus como el del dengue y el zika, aunque en España en principio no hay riesgo”, tranquiliza la experta de Anecpla. Tampoco su picadura es necesariamente dolorosa, como se ha descrito en alguna ocasión: “Es similar a la del Culex pipiens (mosquito común o trompetero)”, aclara. Una razón que sí podría hacernos sospechar que un picotazo es de tigre, en caso de no pillarle infraganti, “es que nos haya picado por el día, porque los demás mosquitos suelen hacerlo por la noche”. Además, concluye, es una especie “muy insistente, te persigue hasta que te pica”.