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Los NFT, o Non Fungible Tokens por sus siglas en inglés (objetos no fungibles) han llegado para quedarse y están revolucionando el mercado digital, el de las subastas y hasta el financiero, pero afectan a mucho más. El mundo del arte, de la música o de los derechos de autor, tal y como los conocíamos hasta ahora, se ha visto sacudido por estos objetos únicos virtuales.
Los NFT son objetos únicos, validados y certificados con tecnología digital, que pueden poseerse y, por lo tanto, comprarse y venderse a través de la red. Tras ellos está la tecnología del 'block chain', la misma que sustenta y hace funcionar las criptomonedas. Así, igual que un bitcoin es único e irremplazable y puede cambiar de propiedad, todos los objetos digitales convertidos en NFT tienen las mismas propiedades y, por tanto, un valor.
Hace unos meses los NFT's sacudía el mundo del arte, cuando la primera obra de arte digital, del artista Beeple, se vendía en Christie's por 58,6 millones de euros. No se trataba de una obra física, sino de un archivo informático de una imagen que, además, se ha duplicado y reproducido en diferentes páginas web y que todo el mundo puede ver e, incluso, guardarse una copia en su ordenador o en su teléfono móvil. Pero lo que se vendió por casi 60 millones de euros fue el certificado digital, avalado por la criptotecnología, que asegura que el comprador es el propietario de la obra original.
Como ya hemos dicho los NFT, Non Fungible Tokens o Tokens Criptográficos, son un activo "único e inimitable" en el mundo digital que puede ser comprado y vendido como cualquier otro tipo de propiedad, pero no tienen forma tangible en sí mismos. Estos tokens digitales pueden ser entendidos como certificados de propiedad de activos virtuales o físicos.
La tecnología que los hace funcionar es la tecnología criptográfica que sustenta también a las criptodivisas, como el Bitrcoin o el Dogecoin, una tecnología que verifica la autenticidad y la propiedad de un archivo digital gracias, de manera que permite distinguir entre el original y las copias.
Al convertir un objeto digital, como una imagen, una archivo musical, un archivo de vídeo o un tuit en un NFT se genera un certificado digital de propiedad que es inimitable y que no se puede falsificar. Ese certificado de propiedad puede comprarse o venderse a través de internet. La tecnología del block chain se asegura de que el registro de propiedad de ese token no pueda ser falsificados porque se encuentra registrado y mantenido por miles de ordenadores alrededor del mundo.
El auge los NFT nos sorprende cada día con nuevos ejemplos de objetos virtuales que se subastan o se venden por valores estratosféricos. Además de varias obras de arte digital que hemos visto venderse en las últimas semanas, muchos otros activos pueden convertirse en NFT. El más llamativo ha sido el primer tuit de la historia, que se vendió hace unas semanas por más de 3 millones de dólares. Su creador, el cofundador y actual consejero delegado de Twitter, Jack Dorsey, lo escribió en 2006 mientras probaba la aplicación y sólo pone "Justo creando mi cuenta de twttr". aunque el tuit no se va a borrar y todo el mundo puede buscarlo y verlo en la red social, hay un "afortunado propietario" que ahora puede decir que es suyo.
La NBA ya vende NFT's desde hace varios meses. Los ha llamado los NBA One Shots y son vídeos de 5 segundos con las mejores canastas de la temporada, realizadas por las leyendas de este deporte. Los NBA One Shots son pequeños fragmentos de ´video, con canastas que pueden verse en cientos de páginas webs, en Youtube o en las re4des sociales. Pero hay usuarios que han llegado a pagar 200 mil dólares por un video de LeBron James colgándose del aro. Ese momento grabado en vídeo es ahora de su propiedad.
Otro ejemplo de objetos digitales que se han convertido en NFT's y que se han vendido por auténticas fortunas son los memes. Algunos de los memes mas famosos de la historia han hecho que sus autores se hayan hecho de oro con la tecnología de los NFT. Es el caso del famoso meme 'Disaster Girl', la foto de la niña sonriente frente a la casa en llamas, que se vendió en una subasta por medio millón de dólares. La niña de la foto, que ahora es adulta, se ha llevado un buen pellizco por aquella foto que le hizo su padre.
El último ejemplo ha sido el vídeo más compartido de la historia de Youtube. El famoso 'Charlie Bit My Finger' (Charlie me ha mordido el dedo) será eliminado de YouTube para siempre después de que sus dueños lo subasten como un NFT.