Puede que no hayas oído hablar de ella, pero Only Fans se ha convertido en todo un fenómeno en el mundo de Internet. Se trata de una nueva plataforma que toma el modelo de redes sociales como Instagram o Twitter, llevando su contenido a un área más libre de censura y, en definitiva, más sexual. En ella, a cambio de una suscripción, es posible acceder a contenido erótico publicado por distintas personalidades que proceden en ocasiones del mundo del porno, pero también modelos, expertos en fitness, dietistas... En este espacio cabe de todo, pero sin duda lo que hace más conocida a Only Fans es su carácter de nuevo paradigma de consumo de contenido erótico.
Only Fans se define como una aplicación de pago que da la oportunidad a los fans Su estética y funcionamiento recuerda a la de redes como Instagram o Twitter. Solo que, en este caso, para acceder al contenido publicado por un determinado perfil es necesario suscribirse a él, y cada cual puede ponerse el precio que estime conveniente, con un límite a la baja de 4.99 dólares.
En este sentido, esta plataforma recuerda también a Netflix y similares (o a plataformas de contenido porno tradicionales en Internet) si tenemos en cuenta que se trata de un servicio vía suscripción y con acceso a material audiovisual, pero en este caso no accedemos a un grueso de contenido variado, sino que nos suscribimos a un perfil concreto y personal.
A cambio, el suscriptor obtiene un contacto más cercano con la persona que gestiona el perfil si se compara, por ejemplo, con el consumo de vídeos en webs pornográficas tradicionales, donde no suele haber la misma personalización del consumidor final. A la vez, se evita la censura del resto de redes sociales, donde no es posible mostrar zonas ’sexualizadas’ (algo que genera no poca controversia entre sus usuarios, que pueden ver en ello un modo de censura). En definitiva, se trata de un híbrido entre red social y plataforma pornográfica, donde cada persona con un perfil creado es dueña y señora de su contenido, sin más intermediarios que, por supuesto, la propia plataforma.
Un mismo usuario puede suscribirse a todas las cuentas que quiera. Por su parte, quien quiera crear un perfil en esta red tan solo tiene que aportar sus datos bancarios, poner un precio a su suscripción y comenzar a subir contenido (fotos, vídeos, mensajes...) También es posible cobrar por contenidos concretos. La plataforma, por su parte, se lleva un 30 % de los beneficios obtenidos por cada perfil, y la libertad del gestor del perfil es absoluta.
Uno de los puntos fuertes (y también origen de controversia) de esta red social privada es precisamente la ausencia de censura: nadie prohibe el contenido adulto, ni existe riesgo de que tu cuenta se vea eliminada por ello. Precisamente por ello, sus defensores ven en esta plataforma una posibilidad de cambiar los roles tradicionales del porno, al abrir la puerta al individualismo y a la materialización de nuevas y variadas formas de erotismo. Sus detractores, por su parte, ven en Only Fans otra forma más de perpetuar el modelo pornográfico patriarcal, así como la mercantilización del cuerpo y de su sexualidad.
En un punto intermedio se encuentran quienes opinan que Only Fans, como cualquier otra herramienta, puede ser simultáneamente tan beneficiosa y tan negativa como el mensaje que construyan sus propios usuarios: todo depende de la voluntad de los creadores de contenido y del criterio de quienes lo consuman. Lo que parece claro es que, a juzgar por su éxito, existe tanto una gran oferta como una gran demanda de este tipo de material, que suele calificarse como más cercano y personal que el que pasan por el filtro de la industria pornográfica.