La historia de los descubrimientos en el espacio, hasta ahora, se ha escrito con nombre de hombre: Hubble, Webb, Chandra… Y la NASA ha decidido este 2020 que ya está bien. El nuevo telescopio de la agencia estadounidense ha sido bautizado en honor a una mujer, Nancy Grace Roman, una científica fallecida hace año y medio que marcó un antes y un después para la astronomía.
Hasta ahora era conocido como el Wide Field Infrared Survey Telescope (Wfirst) y, si todo va bien, está previsto que sea lanzado al espacio en unos años. Actualmente está en construcción en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland. Su función será la de investigar la energía oscura que acelera la expansión del universo y la de buscar nuevos exoplanetas en torno a estrellas como nuestro Sol.
Un gran paso para la humanidad, como dijo Neil Armstrong, pero esta vez, también para la mujer. Nancy fue una pionera. Su visión y su inteligencia la consagraron como la “madre de Hubble”, como se la conoce cariñosamente. Cuando el satélite más famoso de la NASA no era más que una idea, esta ejecutiva de la agencia espacial decidió que, si se iba a hacer, tenía que hacerse bien.
Juntó a los mejores astrónomos del país y a los ingenieros de la NASA y los sentó a hablar. Paradójicamente, el telescopio con su nombre será una copia de Hubble, su “hijo”. No es moco de pavo: Hubble lleva en órbita desde 1990 y costó casi 3.000 millones de dólares, a lo que hay que sumar esa cifra multiplicada por tres (al menos) por su mantenimiento durante tres décadas.
“Siempre fui curiosa”, dijo en un minidocumental de la NASA, “mi madre me sacaba a observar las constelaciones y las auroras boreales, y me fascinaba”. En su época las mujeres no eran astrónomas, pero eso no le frenó. Se formó, realizó su tesis y, en 1959 empezó a trabajar en la NASA, cuando la agencia tenía tan solo 6 meses de vida. Nancy fue su primera jefa de astronomía.
Murió en diciembre de 2018 a los 93 años. "Su nombre merece un lugar en el cielo, que estudió y abrió para muchos", ha dicho de ella Thomas Zurbuchen, administrador asociado de ciencia de la NASA, en el comunicado que la propia agencia ha hecho público este miércoles.