Hace tan solo unos días se producían las movilizaciones por la huelga climática mundial y España fue uno de los países que no quiso faltar a la causa. Sin embargo, no podemos presumir de estar tomando acciones suficientes para endurecer la lucha contra el plástico. Algo estamos haciendo mal cuando solo en Barcelona se tiran más de 26 kilos de materiales no biodegradables por kilómetro cuadrado de costa. Esta cifra sitúa a la ciudad catalana como la segunda que más plástico tira al mar Mediterráneo en Europa, solo por detrás de Cilicia, en Turquía. Te contamos cómo afectará esto a nuestro país.
El Mediterráneo se ha convertido en un vertedero marítimo de plástico y Barcelona destaca entre las ciudades que más propician esta situación. Además, España se ha consagrado como el cuarto país que más plástico produce y el destino final de estos materiales es en demasiadas ocasiones y para vergüenza de todos, el mar.
*Imagen: Gráfico de los países que más plástico vierten al mar Mediterráneo / WWF
Utilizar plásticos de un solo uso se ha convertido en nuestra rutina. Nos cansamos de comprar botellas desechables y no tenemos en cuenta a dónde van a parar ni cuál es el problema real. El informe "Una trampa de plástico" de la organización ecologista WWF (World Wildlife Fund) ha demostrado que en Europa se tiran al Mediterráneo más de 33.000 botellas de plástico por minuto. Estaríamos hablando de más de 2 toneladas en tan solo una hora.
A nuestro hábito de consumo de plástico se une la mala gestión de la producción de las grandes cadenas. El informe saca los colores a estas empresas, a las que sitúa como principales responsables de la excesiva cantidad que acaba en el mar. En ellas recae la obligación de eliminar los materiales de un solo uso y reciclar los que se usan. Sin embargo, se ha demostrado que únicamente se recicla 1/3 de los 27 millones de toneladas que producen al año en Europa.
*Imagen elaborada por JÜRGEN FREUND / WWF
Los microplásticos no solo se han convertido en el peor enemigo de los ecosistemas marinos sino también de nuestra salud. Estos elementos que se deshacen en el litoral catalán y que son tan difíciles de retirar han provocado la muerte de numerosas especies, y además, ponen suponen un impacto para el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que consumimos.
Barcelona ya se ha convertido en la ciudad del plástico y no será fácil revertirlo. Algunos de los datos más representativos del informe ponen de relieve cuáles son las principales consecuencias de que estemos tirando más de 500.000 toneladas de este material al Mar Mediterráneo:
*Imagen: Datos más relevantes del informe "Una trampa de plástico" / WWF